La Gran Recesión que se ha vivido en esta última década ha provocado que, en contra de lo habitual, los hijos vivan y trabajen a menudo en peores condiciones que sus padres. Esta máxima se aplica también al sector de las grandes superficies y, en particular, al segundo mayor empleador de España, El Corte Inglés, según las entrevistas que ha realizado Te Interesa a trabajadores de la compañía y a Comisiones Obreras.
“Antes nos llamaban ‘señoritos’. Ahora somos los pobrecitos que trabajamos los domingos”, resume a este diario un trabajador en activo que prefiere no dar su nombre para no dañar su carrera. Turnos dobles en fines de semana que se cobran como días de diario, carga de trabajo y un cambio en las retribuciones que no gusta a todos.
Mientras, la empresa ha reducido un 15% su masa laboral desde 2008, la misma proporción en la que han caído sus ventas.
Desde El Corte Inglés explican a Te Interesa que la empresa se rige por el Convenio Colectivo sectorial de grandes superficies que negocia la patronal (ANGED), pero que mantienen una serie de mejoras para los empleados frente al sector. “Entre ellas se encuentran beneficios sociales, becas y ayudas al estudio para los hijos de empleados, así como un sistema de incentivos de venta solidario y flexible que permite un incremento progresivo de comisiones”.
Gloria Poveda: Cuatro cambios en el contrato en cuatro años, “siempre a peor”
Una de las quejas más repetidas entre los empleados y ex empleados consultados es que se trabaja gran cantidad de fines de semana sin cobrar por festivo, y con un turno extendido que se conoce internamente como “doblaje”. Además, las condiciones cambian con demasiada frecuencia, utilizando el artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores de 2012, sobre modificaciones sustanciales en las condiciones de trabajo.
Gloria Poveda empezó El Corte Inglés de Sanchinarro (Madrid) en agosto de 2009 y se marchó en 2013. “Me cambiaron el contrato cuatro veces, y siempre a peor”, dice.
Explica que los domingos se trabajan como día normal y “te hacen ir todo el día”, normalmente de 11 a 21, con una hora para comer. De hecho, la generalización del trabajo en festivo ha acabado con la histórica figura del “sabadero”, normalmente estudiantes que se ganaban un extra trabajando esos días del fin de semana en que las grandes superficies abrían sus puertas.
Comisiones Obreras estima en cuatro de cada diez los festivos que se trabajan de media.
Desde la empresa explican que la apertura de domingos y festivos es una competencia que está regulada por las comunidades autónomas. “El Corte Inglés entrega a sus empleados un calendario donde especifica con antelación turnos y libranzas, e incluye una limitación al número de festivos que se pueden trabajar a lo largo del año; los festivos trabajados se pueden librar entre semana o agrupar hasta cuatro días consecutivos (incluido el fin de semana)”.
Poveda pone otro ejemplo de condiciones que se han ido perdiendo con los años. Antes, explica, a los jefes les daban unos aumentos anuales, conocidos como “piedras”. “Les cogían un mes, o en navidades, y les daban un sueldo, una “piedra” más, un suplemento, por ejemplo 2.000 euros anuales, que se incluía desde entonces en el sueldo. Ellos pensaban que esas piedras iban a quedarse de por vida, pero no ha sido así”.
“Al final yo me fui con el último cambio de contrato. Las condiciones se habían vuelto muy duras. Trabajabas todo el fin de semana y solo librabas uno cada tres meses. Hicieron tantos cambios que parecía todo un ERE encubierto”. Algo que los sindicatos permitieron porque, opina, “los principales, Fasga y Fetico, están elegidos a dedo y todo lo que hacen está condicionado por lo que dice El Corte Inglés. Si algún trabajador propone que salga Comisiones Obreras, se lo intentan cargar”.
15% de caída de ingresos, 15% de caída en empleados
La empresa ha visto caer su facturación un 15% en el período de crisis, desde los 17.897 millones de euros en 2007, a los 15.219 millones de euros de 2015. En paralelo, ha ido reducido su plantilla. El grupo tenía 109.000 empleados en 2008, en el comienzo de La Gran Recesión. En estos momentos tiene 91.931 trabajadores, también un 15% menos. De ellos, la práctica totalidad está en España (94%), y casi todos tienen con contrato fijo (el 90%). Ocho de cada diez, además, a jornada completa. Todo según la última memoria de la empresa.
¿Cómo se ha reducido en más de 17.000 personas la plantilla?
No han hecho ningún Expediente de Regulación de Empleo. Una parte de la caída se explica por las jubilaciones, las prejubilaciones y el “plan de desvinculación”. En total, El Corte Inglés ha dado salida a casi 2.000 empleados con estos planes. La cifra supera la prevista por la compañía, de entre 1.400 y 1.500 empleados, según el diario Expansión, y ante el exceso de peticiones, estudia fórmulas para prolongar el proyecto.
Hay, además, un “plan de desvinculación”, valorado por los sindicatos, que permite salir a los trabajadores de entre 58 a 61 (y a los que estén a tiempo parcial de 61 a 62 años) cobrando el 70% de su salario neto, a través del seguro. “El coste de toda la desvinculación ha corrido a cargo de El Corte Inglés y ha tenido una aceptación muy buena”, asegura Carmen López, delegada de CCOO en El Corte Inglés de Princesa (Madrid).
Antes vs. Ahora: Jornadas ampliadas y calendario trimestral
Cuando Carmen López entró en la empresa, en 1983, España tenía un 18% de desempleo, casi el mismo que ahora. Era una estudiante de 17 años que comenzaba de “sabadera” que pronto se convirtió en fija. Desde entonces lleva trabajando a tiempo completo en El Corte Inglés de Princesa, donde es además delegada del sindicato Comisiones Obreras (minoritario).
“La principal diferencia entre entonces y ahora es que antes sabías cuál era tu horario, de diez de la mañana a ocho de la tarde, con dos horas y media para comer; y sabías cuándo librabas; ahora solo nos dan el calendario trimestralmente”.
Se queja, además, de cómo han ido ampliándose las tareas. “Antes sabías que un vendedor se limitaba a vender, ahora las funciones son todas: hacemos de persona de la limpieza y de administrativo, cogemos mercancías de otros centros, la mandamos…”
El primer cambio sustancial en las condiciones de trabajo, dice, data de principios de los noventa. Se incorporó entonces en el convenio la posibilidad de trabajar los domingos, a cambio de una compensación que podía ser de “hasta 41 euros más”.
Lo peor, afirma, llegó con la reforma laboral de 2012 y el convenio firmado en 2013 por los sindicatos “amarillos” (sic), los rivales y mayoritarios Fagsa y Fetico. En el caso particular de Madrid, además, entró en vigor también en 2013 la Ley de Dinamización del Comercio que daba libertad de apertura.
El resultado: ahora se trabajan “entre el 33% y el 40%” de todos los festivos, cobrando como si fuera un lunes o un martes, pero con jornadas que suelen estar ampliadas, dice. Además, “antes pagaban cuando estabas de baja desde el primer día, ahora solo tres días después”, como al resto de los trabajadores.
Una de las primeras trabajadoras recuerda cómo era entonces
Una trabajadora que prefiere no dar su nombre recuerda cómo, cuando ella entró en el centro de Preciados (Madrid), en 1972, “ser empleado de El Corte Inglés” era lo mejor, entre otras cosas porque se ganaba “una burrada”. “Entré con 17 años y ganaba ‘6.000 pesetas de la época’. Los de ahora están todos amargados, porque no meten gente y hay que hacer el trabajo de tres personas”, denuncia. Ella estuvo 40 años “encantada”, pero los últimos cinco, tras un cambio de centro, han sido muy malos. Ha salido en el último lote de prejubilaciones, con 63 años, “porque no aguantaba más el estrés, me dolía la espalda y la cabeza”.
Según publicó primero eldiario.es y confirma CCOO a Te Interesa, en Madrid se están haciendo estudios para ver el impacto que las nuevas condiciones y carga de trabajo tienen sobre la plantilla. Encuestas de 44 preguntas para tratar de determinar el estado psicológico de los trabajadores. Un estudio que ya ha terminado en los centros de Ayala, Serrano, Goya, Princesa y están finalizando en Preciados, y cuyos resultados estarán finalizados “al acabar 2017 o principios de 2018”, explica López. “Tiene que ver con que se están dando montones de casos de bajas por ansiedad, depresión, dolores musculares. Cambiaron tanto las condiciones laborales que la gente sobre todo se queja de la sobrecarga de trabajo”.
El Corte Inglés no ha querido ofrecer más información sobre este asunto a preguntas de Te Interesa.
El asunto sensible de las comisiones por venta
Más conflictivo es el tema de las comisiones. “Antes se cobraban incentivos desde el primer euro vendido. Ahora es a partir de un cierto ‘exento’, que fija la dirección en función de gastos y demás”, según López. “Se cobraba el mismo porcentaje si se vendían 100 euros o 10.000. Ahora hay un mínimo. Antes pagaban, por poner un ejemplo, el 1 por mil de las ventas, y ahora un 1,5 por mil, medio punto más, pero excluyendo una cierta cantidad inicial”.
Ahora hay, además, “grupos de venta compartida”. “El 75% de la venta se reparte entre todos los vendedores. El 25% queda en función de una evaluación del desempeño que hace el jefe de departamento”.
“Este nuevo sistema de incentivos, que se puso en marcha hace dos años con el apoyo mayoritario de los sindicatos, recompensa al vendedor más activo, y ha hecho posible un incremento en los ingresos de los trabajadores”, explica El Corte Inglés.
Al contrario que CCOO, UGT ha mostrado su satisfacción con los primeros meses de implantación del nuevo sistema de incentivos y comisiones. En total, el gigante de la distribución ha abonado desde la puesta en marcha del sistema, el pasado 1 de abril, hasta el 31 de diciembre del pasado ejercicio un total de 68,75 millones de euros, lo que supone un incremento del 13,29% sobre los 59,61 millones de euros desembolsados en 2013. En una nota remitida por Europa Press se asegura que esto supone una subida de un 28% en las comisiones medias.
Entrar en El Corte Inglés requería de siete entrevistas
Una de las ex trabajadoras de oficinas de El Corte Inglés de Santiago de Compostela, que prefiere no dar su nombre, cuenta cómo de exigentes eran las pruebas de ingreso hace un par de décadas.
“Entré cuando abrieron, hace 18 años, en Santiago. Entonces la empresa era conocida por sus durísimas pruebas de selección. Había unos centenares de puestos y se presentaron varios miles de personas. Las pruebas incluían matemáticas, dinámicas de grupo, psicología y hasta ocho entrevistas, cinco con la empresa que hacía la preselección y tres ya con Recursos Humanos de la empresa”.
Esta ex trabajadora tiene muy buenas palabras en general para la compañía. “El Corte Inglés era una empresa muy profesional invertían muchísimo en personal. Nos dieron un curso de formación que no existían para el puesto en ninguna otra gran empresa”.
Solo pone una pega a aquella época: el machismo. “Como empleado tenías mucha progresión, como mujer poca o nada”.
“Sí, era un sitio bastante machista”, concuerda Aída, una empleada que estuvo una campaña de verano hace 15 años. “Te mandaban a un departamento o a otro dependiendo de tu físico y te ponían en un departamento de más ventas. A una amiga que ganó 15 kilos la mandaron a maletas, donde se vende menos. Para electrónica tendían a seleccionar chicos, porque según ellos transmiten más autoridad”.
La empresa lanzó en 2008 un plan de igualdad firmado con todos los sindicatos. Se compromete a que, cuando finalice el plan (renovado en 2015), “el 50% de acceso a puestos de responsabilidad (se incluyen coordinadores y mandos) sean mujeres”, a establecer “fórmulas de distribución horaria en los mandos que faciliten y mejoren la conciliación de la vida personal, familiar y laboral y, con ello el acceso a los puestos de responsabilidad”. Además, se comprometen a avanzar en la “homogenización” entre sexos de los actuales complementos salariales.
Este retrato laboral, necesariamente incompleto, del gigante comercial español, puede cambiar este mismo año. En 2017 se ha de firmar un nuevo convenio sectorial para las grandes superficies. El actual, en vigor para El Corte Inglés, es el firmado en 2013 por la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED) a la que pertenece la empresa junto a Carrefour, FNAC, Alcampo o Ikea, entre otras.