Del chiringuito de Peñíscola a la Puerta del Sol de Madrid. Pepe Leal “el fritangas”, su hijo Vicente, su sobrino Dani y Mati, la flamante ayudante de Sergi Roca, recibirán el año nuevo con todo el sentido del humor del que hacen gala en “Chiringuito de Pepe”.
Jesús Bonilla, “El Langui”, Dafne Fernández y Adrián Rodríguez, interpretando a sus respectivos personajes en la serie, serán los encargados de retransmitir las tradicionales Campanadas de Nochevieja para todos los canales de Mediaset España (excepto Boing).
La Puerta del Sol de Madrid será el escenario desde el que los singulares personajes de “Chiringuito de Pepe” cerrarán 2014 y darán la bienvenida al nuevo año durante una retransmisión que contará con un guion desarrollado por el equipo de guionistas de la serie.
Serie que enganchó desde verano
»El Chiriguito de Pepe» dejó huérfanos a tres millones de espectadores en la noche del lunes. Los lunes es la noche más reñida de la semana para las cadenas, y Telecinco parece ser la más afortunada porque ha vuelto a conseguir que la audiencia encuentre en sus series lo que busca: reir y desentenderse de la vuelta a la rutina tras el fin de semana.
Ya consiguió convertir al espectador en forense con »CSI», y ahora vuelve a conseguir que el espectador se olvide del mundo a base de carcajadas. El regreso de »La que se avecina» lo ha tenido fácil. Atrás queda el exito de »El chiringuito de Pepe», que se despidió como lo más visto del lunes frente a »Isabel» y »Top Chef».
»El Chiringuito de Pepe» aterrizó en la parrilla de Telecinco sigiloso. Sin demasiadas fanfarrias, en pleno verano. Era la serie refrescante de las vacaciones. Sin embargo, no era un producto estacional: había llegado para quedarse.
Sobre todo, esta producción ha destacado porque ha sabido contar una entretenida historia a través de un lugar reconocible, el Chiringuito, y un identificable conflicto generacional entre tradición y modernidad, ejemplificada entre dos hosteleros enfrentados, pero unidos por un secreto genético. Un cocinero de toda la vida, Pepe (Jesús Bonilla, con peluquín), y un refinado chef de prestigio, Sergi Roca (Santi Millán). El fritanga frente al minimalismo.
Al final, los dos protagonistas van descubriendo que ambos están aprendiendo de su opuesto. Y esa es la grandeza de este ‘chiringuito’ que es reflejo de nuestro propio país, intentando, entre chapuza y chapuza, avanzar hacia la vanguardia sin relegar su historia.
De esta forma, los guionistas de la serie de Telecinco han sabido mostrarnos un verano azul, sin Chanquete, pero con una pescadora-pescatera de postín, encarnada por Blanca Portillo. Ella es la cordura de una ficción que es un viaje entre la comedia de comic y los delirios de los triángulos amorosos básicos, a la que siempre te puedes enganchar (aunque te hayas perdido algún capítulo).
Y es que uno de los grandes aciertos de El Chiringuito de Pepe es que entra por los ojos, tiene una fotografía que abraza cada encuadre. La serie es tan agradable de ver que, desde el primer capítulo, mostrándonos un chiringuito, que supuestamente debía parecer mugriento, como un establecimiento de ensueño. Este detalle da igual, pues la ficción sabe que debe conquistar la mirada del espectador a través de unos atractivos decorados que harían feliz a cualquier hipster: desde la sofisticada casa de Sergi Roca hasta la deliciosa pastelería. Todo está a la última. Y Peñiscola brilla.
Incluso cuando las tramas bailan alrededor de la publicidad poco subliminal, que nos cuelan como si nada en las secuencias. Ya sea de un limpiagrasas, o con la abrupta aparición de ayer, en plena escena en la traspienda del Chiringuito, de Recio de La que se Avecina. El ‘mayorista’ de Montepinar dejó caer sutilmente un ‘nos vemos el próximo lunes‘. Exacto, su telecomedia regresa la próxima semana a Telecinco y hay que vender el pescado. Nunca mejor dicho.
Tampoco en El Chiringuito de Pepe ha faltado la espontaneidad de los niños, con sus aventuras al más puro estilo de Los Goonies, la tensión a lo Pesadilla en la Cocina (sin Alberto Chicote, por suerte) y el amor . Mucho amor. La pasión no puede faltar en una ficción que busca conectar con el sentimiento de la soñadora audiencia. Lo hace a través de la emoción de andar por casa, la gastronomía para todos los gustos, una pizca de cuerpos ligeros de ropa y las meteduras de patas constantes de unos antihéroes que cuentan con el mejor superpoder: evadir al espectador con un humor made in spain. Ese es el secreto del éxito de El Chiringuito de Pepe, una serie que se hizo con el título de ‘la revelación del verano’ gracias a su luminosidad, en contenido y continente.