Un día, cuando su hijo estaba escribiendo un texto, Mandy Wolsky vio que en las dos primeras palabras había cometido varios errores. Fue entonces cuando dijo: “Debería existir un bolígrafo que te avisara al instante de si has cometido algún error”. Dicho y hecho. Ella y su marido, Falk Wolsky, se pusieron manos a la obra y crearon Lernstift.
A través de pequeños sensores, el bolígrafo detecta si se está cometiendo un error y emite una leve vibración para advertir de que algo está mal escrito. No obstante no sólo avisa de errores ortográficos, vibrando una única vez, sino que también indica cuándo se comete un fallo gramatical, vibrando dos veces, e incluso hace una llamada de atención cuando la caligrafía resulta ilegible.
El bolígrafo está programado para reconocer los movimientos asociados a cada letra por lo que si alguna de ellas se ha escrito de una manera que no tiene registrada, vibra.
Diseñado por la empresa alemana Lernstift, el bolígrafo pretende servir de ayuda a los niños, indicándoles que hay algo mal escrito pero sin darles la respuesta. Por otro lado, también está enfocado a aquellos adultos que por las prisas cometen algún error cuando redactan ciertos textos.
El bolígrafo ya está inventado pero ahora sus creadores han puesto en marcha una campaña de donaciones públicas para poder desarrollar y comercializar la idea.