Los testigos del accidente del tren Alvia que descarriló en la noche del miércoles en las inmediaciones de la estación de Santiago de Compostela apenas podían describir las imágenes y los momentos que habían vivido en el tren. Los pasajeros confirmaron que el tren iba muy rápido y que volcó al entrar en una curva. Sergio Prego, una de las personas que iba en los vagones, aseguró en la cadena SER que el tren: «El tren iba demasiado rápido y en la curva se salió y volcó. La situación dentro de los vagones era un desastre. Tiene que haber muchos muertos», aseguraba. «Nunca pensé que fuera un atentado. Cuando el tren tomó la curva tuve la sensación de que iba demasiado rápido y descarriló», narraba.
Por su parte, Alén Pérez, otro de los testigos, también confirma que iba a ser una tragedia con muchos muertos y que el tren iba demasiado rápido. «El primer vagón sigue ardiendo y todo es un caos».
Mientras, además de los servicios de emergencia, muchos vecinos acudieron a ayudar y a intentar sacar a las víctimas de los vagones, donde había muchos atrapados. Muchos bajaron con herramientas y martillos de sus casas para intentar mover el amasijo de hierros en el que se había convertirdo la mayoría de los vagones.
«¡Cuánta gente muerta hay aquí, dios mío!», gritaba desconsolada una vecina de la zona a través de la Radio Galega. Mari, una vecina del barrio que se encontraba tendiendo la ropa cuando se produjo el siniestro, afirmaba en declaraciones a la Cadena SER, que oyó una enorme explosión y después «un torpedo enorme de polvo y ruido». «Eché a correr», afirma, conmocionada. Ella y el resto de residentes en esta zona de Santiago se han volcado para ayudar en las labores de atención a las víctimas del mortal choque.
Uno de los 320 policias que trabaja en el dispositivo de emergencias ha declarado: «No puedo contener mis lágrimas, cuando estoy sacando cadáveres y les están sonando sus teléfonos móviles.»
Abel Rivas e Iván Ramos, dos jóvenes vecinos del lugar donde esta tarde se produjo un accidente ferroviario en las cercanías de Santiago de Compostela, en el que han fallecido al menos 30 personas, han sido de las primeras personas en prestar auxilio a las víctimas.
Ambos jóvenes, de entre 25 y 30 años, dijeron sentirse «muy impactados» y afirmaron que habían presenciado escenas como nunca habían visto.
«Escuchamos un ruido tremendo, enorme, como nunca. Bajamos y ya vimos el convoy separado en dos trozos», explicaron en declaraciones a Efe.
«Estamos muy impactados, es inexplicable», dijeron.
Vicente, otro vecino de la zona, cuya casa está a unos diez metros de la vía, dijo a Efe: «Ha sido un atentado como una casa».
Iván y Abel se encontraban en casa a escasos metros de las vías cuando se produjo el accidente del tren en el que viajaban 224 pasajeros.
«Vimos una polvareda enorme y uno de los vagones estaba ya incendiado», dijeron, e indicaron que veían a «gente demacrada sacando niños».
Una vez en el lugar del accidente los dos jóvenes voluntarios narraron que comenzaron a sacar a los heridos y a trasladarlos hasta el puesto avanzado que el servicios de urgencias 061 instalaron en las proximidades.
Según su versión, las personas que viajaban en el vagón que quedó sobre el terraplén han sido las peor paradas.
Ninguno de los dos jóvenes dice ser capaz de indicar a qué velocidad podía circular el tren en el momento del accidente, pero no descartan que pudiese ir «un poco rápido».
Esta opinión contrasta con la de otros vecinos de la zona, quienes indicaron que el tren se desplazaba a la velocidad habitual para hacer su entrada en la estación de Santiago.
Otro vecino de la zona, de nombre José Luis, atendió a dos vecinos de Valladolid que viajaban en el tren y explicó que los propios pasajeros del tren fueron los primeros en prestar auxilio.
Testigos presenciales explicaron que uno de los vagones del tren voló por los aires y se elevó más de seis metros hasta impactar con el palco de la música existente en el lugar, el cual destrozó.
Otro vecino de la zona ha declarado a Radio Galega que el accidente se escuchó como «una gran explosión y vio un vagón desplazarse varios metros, que quedó destrozado». «El tren vi que daba vueltas de campana y quedaron unos vagones encima de otros», confirmó otro testigo, que vio «heridos y gente sangrando a mi lado».
Una de las vecinas, Rosa Díez contó como uno de los vagones saltó por encima de un talud y cayó en una finca aledaña a la vía. «Las casas temblaron y las ventanas, el edificio. Lo primero que oímos fue un estallido y todos bajamos a ayudar».
Marga, otra de las vecinas, afirmaba que «Oimos un estruendo y salimos y vimos el humo. Al principio nadie lo creía. Se oyó un gran estruendo. Fue impresionante. Hay un vagón subido al campo de la fiesta. Al principio, la gente salía por su propio pie, luego en camilla y ahora sólo cadáveres».
«Escuché la explosión y cuando llegamos ya estaba el vagón aquí arriba. Abajo había un vagón ardiendo y cuando bajé a verlo no daba crédito. Sacar a la gente en esas condiciones fue impresionante», dice Iván, que bajó a las vías a ayudar a los heridos.