Amanda Knox está empezando a romper su silencio en entrevistas a golpe de publicidad del libro de sus memorias, que acaba de ser publicado, y en el que ha dado detalles de los cuatro años que pasó encarcelada en Italia después de haber sido juzgada y condenada por la muerte de la erasmus Meredith Kercher, su compañera de piso, en noviembre de 2007 en Perugia.
Ahora ha sido en la cadena CNN donde Amanda se ha sincerado al hablar de sus miedos a volver a Italia. Y es que el pasado mes de marzo, la justicia italiana decidió anular la sentencia de absolución que le valió a Amanda Knox y a su exnovio Rafaelle Sollecito la libertad durante el juicio de apelación, y ordenó que se vuelva a repetir la vista.
«Tengo miedo de volver a Italia», ha señalado la joven, aunque sin embargo no ha descartado la posibilidad. «En Italia la gente piensa que soy una arrogante al escribir un libro y defenderme a mí misma. Pero tengo todo el derecho a defenderme. Aunque al mismo tiempo quiero demostrarles que me preocupa lo que está pasando», ha dicho.
«Es increíble que a pesar de que no hay ni una evidencia que me implique en el crimen, todavía sea juzgada en función de unas sospechas irreales de cómo una mujer joven reacciona ante una situación horrible. Nadie sabe cómo va a reaccionar ante una situación horrible hasta que no le pasa».
Ante las críticas sobre su frialdad después de la muerte de su compañera de piso, Amanda se defiende: «He llorado. He estado enfadada. He estado asustada». Ahora, sigue defendiendo su inocencia: «No hay ninguna evidencia contra mí. No estaba presente en la escena del crimen, no hay nada que me implique».
Asimismo, Amanda señala que las teorías de la Policía y de los jueces acerca de que estaba participando en un juego sexual que acabó en tragedia son «absurdas. Nunca he estado atada con una correa de cuero ni he llevado un látigo. Nunca he participado en una orgía. Nadie ha dicho nunca que yo participara en actividades sexuales desviadas. Ninguno de mis compañeros de piso ni ninguno de mis amigos. Estas cosas sólo vienen de la acusación«.
Amanda, que ha recibido 3,8 millones de dólares como un avance de la publicación de su libro »Esperando ser escuchada», ha contado que «sigo recibiendo amenazas de muerte en casa. Hay gente que no es normal que está obsesionada conmigo. Y no sé de qué son capaces…».