La alergia a pólenes se mantiene prácticamente todo el año y la intensidad de los síntomas depende del polen o pólenes que afectan a cada paciente, así lo afirma el coordinador del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), Francisco Feo Brito. De forma general, las gramíneas son los más universales y alergénicos. Están distribuidas por todas las zonas, y polinizan durante los meses de abril-junio. Sin embargo, el olivo en el sur (mayo-junio) y la parietaria (abril-octubre) en la costa mediterránea son también pólenes muy destacados. Además, las quenopodiáceas constituyen una polinosis en alza, en amplias zonas de la geografía nacional y presentan una polinización prolongada durante los meses de mayo a octubre.
El doctor Feo explica que por este motivo se suele asociar la primavera con la alergia, pero el aumento de plantas arizónicas en forma de arbusto en las grandes ciudades está provocando que la alergia en invierno sea una patología a tener en cuenta.
“Los pólenes de gramíneas son los más frecuentes, afectando al 80% de las personas alérgicas. El polen de olivo, en centro y sur peninsular, afecta al 60-70 % de los pacientes, dependiendo del grado de exposición (en Jaén más del 90 %). Además, el polen de olivo provoca más episodios de asma bronquial que las gramíneas. De forma general, las quenopodiáceas son el tercer polen en importancia, provocando síntomas entre el 30-50 % de los alérgicos. Los pólenes de Cupresáceas en las grandes ciudades también es una polinosis destacada, afectando hasta al 50 % delos alérgicos”, señala el alergólogo.
La alergia no se cura pero sí tiene tratamientos que pueden calmar y restar intensidad a los síntomas que provoca. También hay algunas acciones que evitan la exposición a los alérgenos y que reducen su impacto:
1. Permanecer el máximo tiempo posible dentro de casa durante los días de mayor concentración de polen y, sobre todo, en los días de viento.
2. No abrir las ventanas de casa entre las 5.00 y las 10.00 de la mañana y las 19.00 y 22.00 de la noche, así como disminuir las actividades al aire libre durante esas horas, porque es cuando los niveles de polen están más elevados.
3. En los desplazamientos en coche, mantener las ventanillas cerradas.
4. Colocar filtros antipolen en los aparatos de aire acondicionado, tanto en casa como en el coche, y no olvidar cambiarlos con frecuencia.
5. Cuando se salga a la calle, llevar gafas de sol para que el polen no pueda entrar en contacto con los ojos.
6. Ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa. No tender la ropa en el exterior, ya que los granos de polen pueden quedarse atrapados en las prendas.
7. Evitar actividades que puedan remover partículas de polen, como cortar el césped o barrer la terraza, etc. En caso de alergia al polen de gramíneas, no es recomendable tumbarse sobre el césped.
8. Si se tiene jardín, evitar tener plantas que polinicen por el aire.
9. No dormir cerca de fuentes de pólenes alergénicos, como árboles o plantas.
10. Si se toman medicamentos específicos para las alergias, como antihistamínicos, es importante tomar los recetados por el médico, de forma regular y en la dosis recomendada. Nunca mezclarlos con alcohol.