Hace unos días en Teinteresa podíamos leer “El riesgo de ser drogodependiente puede ser hereditario”. En la noticia leíamos como unos investigadores habían sacado la conclusión de la existencia de una interacción entre genes y medio ambiente como posible causa del abuso de drogas. Pero ¿pueden realmente los genes ser influenciados por el medio ambiente que nos rodea?. Podemos tener la idea de que los genes que heredamos de nuestros padres y que son fragmentos de nuestro ADN que van a definir todas nuestras características (llamado fenotipo) desde el color del pelo y de los ojos hasta incluso nuestro comportamiento y las enfermedades que sufrimos, no se modifican en el transcurso de nuestra vida. Sin embargo, se ha descubierto que esto no es exactamente así y que los genes que determinan nuestro fenotipo pueden ser modificados en la forma y cantidad en que se expresan, es decir en cuanto de activos son. El estudio de esta interacción entre genes y medio que rodea a cada individuo ha creado una nueva rama de la ciencia conocida con el nombre de epigenética.
El término epigenética fue acuñado en el año 1942 por el biólogo y genetista escocés Conrad Waddington y lo definió como la parte de la biología que estudia las interacciones entre los genes y el ambiente que rodea a cada individuo y que darán lugar al fenotipo final del mismo. Realmente el término epigenética viene de epigénesis, término con el que Aristóteles, que como recordarán era un filósofo griego que vivió entre los años 384 y 322 antes de Cristo, definía la creación de los diferentes individuos. Arístóteles decía que los diferentes individuos proveníamos de una masa amorfa común y el ambiente que nos rodeaba definía el desarrollo diferente de cada uno de nosotros.
Pero volvamos a la epigenética. Qué significa para nuestra salud la epigenética. Les voy a poner un ejemplo con el que seguro comprenderán su importancia. Todos hemos leído que la grasa es mala y que favorece las enfermedades cardiovasculares. Pero, afortunadamente no todo el mundo que come grasa tiene un infarto de miocardio. Y eso ¿por qué? si es tan malo comer grasa. Se piensa que existen genes que se ven afectados por la grasa de tal manera que para que la grasa le induzca un daño en la salud a un individuo este debe de cumplir al menos tres premisas. 1.- Que tenga una alteración genética en un gen que pueda ser afectado por la grasa. 2.- Que tome grasa porque si no la toma aunque tenga una afectación en un gen de la grasa este no sería afectado y 3.- que en el momento que está tomando grasa el gen esté sensibilizado para ser afectado.
Claro ahora se preguntarán ¿podemos saber si tenemos el gen que puede ser alterada su actividad por la grasa? Pues sí lo podemos saber. Existen hoy en día formas de conocer si el ambiente está afectando a nuestros genes. Esto se hace utilizando complejas técnicas que nos determinan a nivel molecular como el ambiente que nos rodea entre lo que se incluye nuestros hábitos de vida, el estrés que sufrimos, nuestro estado de ánimo, fármacos que tomamos etc han modificado un gen o genes que queremos estudiar. Evidentemente todo esto cambiará el concepto futuro científico que tenemos sobre nuestra herencia genética. De hecho, hay enfermedades muy comunes como el alzheimer y la diabetes que en la actualidad son muy difíciles de explicar genéticamente y por ello debemos comenzar a pensar en la posibilidad de un cambio epigenético. En otras palabras, en lugar de estudiar nuestro código genético, para comprender y conocer las enfermedades que nos pueden acechar a cada uno de nosotros tendremos que comenzar a analizar nuestro código epigenético.
En el año 1866 un monje agustino austriaco Gregor Mendel descubrió, estudiando unos guisantes que tenía plantados en el jardín de su abadía, que hay alteraciones en los genes que son dominantes, es decir que tienen alta probabilidad de si son heredadas por los hijos marquen el fenotipo de estos y otras alteraciones recesivas, más improbables de cambiar el fenotipo de un individuo. Esto se conoce como las leyes de Mendel de la herencia genética reconociéndose por ello a Gregor Mendel como el padre de la genética. Sin embargo, algo que es poco conocido es que Mendel dedicó los últimos 10 años de vida al análisis del comportamiento de las abejas. Fundamentalmente estudió la relación de las abejas con las flores. ¿Pensó Mendel también en el código epigenético?. Reflexionemos un poco sobre todo esto y dejemos a nuestros hijos y a las futuras generaciones una buena herencia epigenética.