La portada del próximo número de la revista ‘Time’ ha vuelto a desatar el debate sobre la lactancia materna, tema muy controvertido en EEUU. Junto al titular ‘¿Eres suficiente mamá?’, la publicación refleja la imagen de una mujer dando de comer a su hijo, subido en una silla, y que, pese a que pueda dar otra impresión, tiene tres años de edad según la propia revista.
Jamie Lynne Grumet es una de las caras de este reportaje. Esta madre de Los Ángeles educa a sus hijos de la misma manera en la que sus padres se ocuparon de ella. “He crecido de este modo y nunca he pensado en educar a mis hijos de otra forma”, señala Grumet en el blog de ‘Time’.
El fotógrafo de este reportaje, Martin Schoeller, fotografió a cuatro familias diferentes con la idea de reflejar distintas formas de ejercer la maternidad, madres que defienden la lactancia materna prolongada, el dormir con el hijo, e incluso llevarle en brazos hasta edades avanzadas, simplemente porque consideran que de esta manera crecen más confiados y seguros.
La idea de Schoeller, no obstante, era reflejar una realidad que a día de hoy no es la más habitual. “Cuando piensas en la lactancia siempre te imaginas a la madre sosteniendo a su hijo en brazos, lo que con estas edades resulta imposible. Por eso me gustaba la idea de mostrar a estos niños de pie, para enfatizar que no se trata de una situación muy común”, señala el fotógrafo.
En EEUU el tema de la lactancia genera mucha polémica. “Es inusual ver a un niño de esa edad siendo amamantado”, explica a BBC Mundo Nancy Morbacher, de Breastfeeding USA, una asociación estadounidense que alienta a las mujeres a seguir esta práctica por el bien de sus hijos. «Ninguna organización de promoción de lactancia materna recomienda una edad máxima, más bien una edad mínima. American Academy Pediatric recomienda un mínimo de un año, y tanto como madre e hijo deseen», apunta.
La lactancia favorece la relación entre madre e hijo
La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Academia Americana de Pediatría (AAP), y el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría recomiendan que los bebés se alimenten exclusivamente de leche materna durante los primeros 6 meses de vida del niño, y que la lactancia se complemente con la aportación de otros alimentos hasta los 2 años o más, mientras madre e hijo lo deseen.
“La leche materna es el único alimento específico para los bebés humanos y por tanto les permite crecer y desarrollarse de manera óptima. La lactancia materna es la continuación natural del proceso reproductivo iniciado con el embarazo, y favorece la salud de la madre a corto y largo plazo”, señala Inma Mellado, miembro de La Liga de la Leche.
Sin embargo, no se trata sólo de los beneficios de la leche materna, sino que también se estrecha el vínculo entre madre e hijo. “Muchas veces nos centramos en hablar de las excelencias de la leche materna, pero cuando hablas con madres lactantes puedes comprobar que se suelen centrar en cómo la lactancia materna les ayuda a sentirse conectados y a forjar el vínculo entre ambos, tejiendo un cordón emocional que viene a sustituir al cordón umbilical”, explica Inma.
Prolongar la lactancia disminuye el riesgo de ser celiaco
Uno de cada ochenta niños españoles es celiaco. No obstante, prolongar el período de lactancia puede llegar a disminuir en un 60% el riesgo de padecer esta enfermedad, siempre y cuando se introduzca el gluten a partir de los cuatro meses de edad.
La leche materna contiene un gran número de componentes que ayudan y protegen al niño a través de una serie de mecanismos biológicos complejos, incluyendo la creación de defensas de las infecciones y el desarrollo de la tolerancia frente a antígenos alimentarios, según el presidente de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, Luis Peña.
Contar con familiares celiacos es un factor de riesgo añadido ya que, según los expertos, los niños con este problema presentan una predisposición genética a padecer la enfermedad. Por lo general, esta enfermedad presenta sus síntomas cuando el niño tiene 3,7 años, registrándose el 42% de los diagnósticos en niños de entre 2 y 6 años. Además, el 70% de los casos presenta formas denominadas clásicas, que son las que implican diarrea crónica, pérdida de peso y distensión abdominal. Este último es el síntoma más frecuente en menores de 6 años, mientras que en los mayores son la disminución del apetito y la deficiencia de hierro.
El hecho de que en España sean especialistas pediátricos los que atienden a los pacientes celiacos ha propiciado que se diagnostiquen cada vez más casos, llegando incluso a multiplicar por diez el número de enfermos con respecto a los años 90, y situando a España entre los países europeos con mayor incidencia en población infantil. La atención especializada es por tanto la mejor garantía de un diagnóstico a tiempo y eficaz.