La fiebre hemorrágica Crimea-Congo (FHCC) comienza a ocupar la mayor parte de los medios de comunicación después de que un hombre haya muerto por esta complicación tras la picadura de una garrapata en Madrid.
Además, Sanidad ha confirmado otros otro caso del virus, una de ellas una enfermera que está aislada.
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Pero, ¿qué es la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta fiebre es una enfermedad «muy extendida» con una mortalidad de entre el 10 y el 40%.
El virus es contagioso a través de picaduras o contacto con excrementos de animales infectados, garrapatas, pulgas, vacas, ovejas o cabras. Entre humanos también puede ser contraído aunque es necesario un contacto directo con la sangre, secreciones, órganos y otros líquidos corporales con personas infectadas.
Además, no existe vacuna conocida para el virus ni en personas ni en animales
La transmisión de un virus común entre los ganaderos
Así, los animales son huespedes comunes del FHCC, aunque muchas aves como la avestruz son inmunes al virus. Los animales suelen infectarse por la picadura de garrapatas con el virus.
Ésta enfermedad se mantiene casi una semana en el torrente circulatorio y si otro de estos ácaros pica a un animal infectado se perpetúa el ciclo garrapata-animal-garrapata.
En cuanto a los humanos, el FHCC se transmite por la picadura de este animal o por el contacto con la sangre o tejidos de animales infectados durante la matanza o justo despues, en el caso de las ovejas, cabras o vacas.
Por eso, la mayoría de los casos se dan en personas relacionadas con la industria ganadera y en lugares en los que la enfermedad no está controlada, sobretodo en zonas de África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia en los países por debajo de los 50º de latitud norte.
Síntomas de la enfermedad: náuseas, vómitos y fiebre alta
La duración del periodo de incubación depende del modo de contagio del virus.
Después de la picadura de garrapata, la fase de incubación es generalmente de uno a tres días, con un máximo de nueve días. El periodo de incubación tras el contacto con sangre o tejidos infectados es normalmente de cinco o seis días, con un máximo documentado de 13 días.
Los síntomas comienzan de forma súbita, en forma de fiebre, mialgia (dolor muscular), mareo, dolor y rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos y fotofobia (hipersensibilidad a la luz). Puede haber náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y dolor de garganta al principio, seguidos de bruscos cambios de humor y confusión. Al cabo de dos a cuatro días, la agitación puede dar paso a somnolencia, depresión y debilidad, y puede aparecer dolor abdominal en el cuadrante superior derecho.
Normalmente hay signos de hepatitis, y los pacientes muy graves pueden sufrir un rápido deterioro renal, o insuficiencia hepática o pulmonar repentina después del quinto día de enfermedad.
Tasa de mortalidad muy alta
La tasa de mortalidad asociada a la FHCC es de aproximadamente un 30%, y la muerte sobreviene durante la segunda semana. Entre los pacientes que se recuperan, la mejoría comienza generalmente al noveno o décimo día tras la aparición de la enfermedad.
El tratamiento general de sostén contra los síntomas es la principal opción ante esos casos y el uso de antivirales para tratar la infección.