La Sociedad Española de Dolor señala que la cistitis intersticial o síndrome doloroso vesical (CI/SDV) se define como un dolor crónico, presión y malestar (de duración superior a 3 meses) asociados a urgencia urinaria o a un incremento de frecuencia miccional sin causa fácilmente explicable (como infección, neoplasia o anomalía estructural).
La cistitis intersticial se manifiesta con dolor, incomodidad y otros síntomas molestos, que se perciben como relacionados con la vejiga (localizados en las áreas suprapúbica, uretral, vaginal y perineal y asociados al llenado y/o vaciado de la vejiga), incremento de la frecuencia urinaria y urgencia miccional. Constituyen síntomas comunes el vaciado frecuente de la vejiga durante la vigilia con escaso volumen evacuado, nocturia y evidencia citoscópica de glomerulaciones (hemorragias petequiales submucosas) o lesiones o úlceras mucosas (úlceras de Hunner).
Diagnóstico
Es necesario realizar un estudio pormenorizado de la historia del paciente, una exploración física y pruebas de laboratorio a fin de descartar diagnósticos que puedan inducir a confusión; para ello pueden efectuarse, como medidas de utilidad, análisis o cultivos de orina, mediciones del residuo posmiccional y una citología si existen antecedentes de tabaquismo. Se recomienda recabar también información sobre los síntomas miccionales y escalas de dolor para incluirla en la historia clínica y evaluar la respuesta al tratamiento. En caso de obtenerse un diagnóstico dudoso, resulta eficaz la realización de una citoscopia y análisis urodinámicos.
Opciones de tratamiento
Las opciones conservadoras comprenden la educación, modificación de la conducta, tratar el estrés, practicar ejercicio de bajo impacto (como las caminatas, los estiramientos o el yoga) y la adopción de terapias físicas manuales (por ejemplo, fisioterapia pélvica específica y/o inhibición de los puntos gatillo).
Como tratamientos médicos sistémicos existe la administración de antihistamínicos, pentosano polisulfato, ciclosporina A, opiáceos y medicación para el dolor neuropático (gabapentinoides o antidepresivos tricíclicos). Entre los tratamientos médicos intravesicales se encuentran el suministro de dimetilsulfóxido (DMSO), lidocaína y heparina. Las opciones quirúrgicas incluyen la hidrodistensión y la fulguración de las lesiones mucosas. Otras opciones son la neuroestimulación (para la urgencia urinaria y el incremento de la frecuencia miccional), la inyección de toxina botulínica en el intradetrusor, procedimientos de intervención para el abordaje del dolor (inyecciones anestésicas), la cistoplastia, la derivación urinaria y la cistectomía.