El Papa Francisco ha mantenido un encuentro con los representantes de las iglesias cristianas (ortodoxas y protestantes) que ayer estuvieron presentes en Roma para asistir a la Misa del inicio de Pontificado. Aunque también han asistido representantes de las confesiones judía y musulmana.
De entre todos ellos, cabe destacar la presencia del Patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolomé I; y es que se trata de la primera vez, desde el cisma en el año 1054, que un patriarca de Constantinopla acude a una celebración de inicio de un Pontificado.
Bartolomeo I ocupaba un sitio preferente junto al Santo Padre, en una muestra del importante acercamiento de las iglesias ortodoxas a Roma, a las que por el momento les separa de la Iglesia Católica, fundamentalmente, el reconocimiento de la primacía jurídica del Papa. Un importante acercamiento que obtuvo un impulso fundamental ya durante el pontificado del Papa Emérito Benedicto XVI. Pero Bartolomeo I también mantuvo encuentros fructíferos con Juan Pablo II.
El patriarca Bartolomeo I ha dedicado unas afectuosas palabras al Papa, y ha comenzado diciendo «Santidad, nos alegramos de todo corazón por vuestra elección inspirada por Dios como obispo de Roma. Sucede en este tyono a su predecesor, Benedicto XVI, hombre humilde, que se ha distinguido por su conocimiento teológico y su caridad, el cual con espíritu de corage, ha dejado su ministerio por motivo de salud».
Y Bartolomeo, que se ha dirigido al Papa Francisco como «el buen samaritano en América Latina», ha recordado que «la unidad de las iglesias cristianas constituye la más importante de nuestra preocupación». Y para ello, ha recordado que «para la realización de la unidad es necesario que prosiga el diálogo interreligioso, un diálogo a seguir en la caridad, en la verdad y en el espíritu de la humildad».
Por su parte, el Santo Padre ha agradecido también muy encarecidamente la presencia de os representantes del pueblo hebreo, a los que «nos une una fuerza espiritual desde el momento en que en la Iglesia de Cristo, en el inicio de su fe, se encontraban ya el ministerio divino de la salvación en Moisés y los profetas».
Y para los musulmanes el Papa Francisco también ha tenido un saludo: «Saludo a los amigos musulmanes, que adoran a un Dios único, vivo y misericordioso. Aprecio mucho vuestra presencia, es un seño tangible de la voluntad y la estima recíproca, y la cooperación por el bien común de la humanidad».
En sus palabras, el Papa ha recordado que lo que el concilio Vaticano II «significó para el camino ecuménico» y ha señalado que la unidad debe ser «un servicio de esperaza para un mundo aún marcado por las divisiones y la rivalidad. Seamos fieles a su voluntad (Jesucristo) en las obras, en las palabras, y caminaremos por el camino de la unidad. Por mi parte, puedo asegurar con la guía de mis predesores, la firme voluntad de proseguir en el camino del diálogo ecuménico».
Y ha añadido, repitiéndolo incluso: «La Iglesia Católica sabe de la importancia de la promoción de la amistad y del respeto entre los hombres y mujeres de fiversas tradiciones religiosas». Asimismo, el Papa ha recordado la importaqncia de no sacar a Dios de la vida del hombre y no reducir la dimensión humana a sólo una: «Que el hombre no se reduzca a lo que yo produzco y a lo que yo consumo, que es una de las insidias más peligrosas de ahora. Sabemos el peligro de eliminar a Dios de la sociedad».
El Santo Padre ha querido terminar con las palabras que le dan su nota característica: «Os pido una especial oración por mi persona, a fin de que pueda ser un pastor según el corazón de Cristo«.
Durante el saludo personas de todos y cada uno de los representantes, el Papa ha recibido numerosos regalos, sobre todo iconos de la Virgen María (por parte de los ortodoxos griegos) y cruces, así como libros. Cabe destacar una representación en relieve de la Última Cena. Incluso uno de los representantes ortodoxos le ha pedido que le bendijera una cruz.
También ha saludado el Papa a los representantes protestantes, judíos, musulmanes, hindúes, sij y budistas. Los saludos han sido afectuosos y distendidos, como ya viene siendo habitual en los encuentros con el Papa.
Iglesias ortodoxas
Hay varias iglesias ortodoxas, todas ellas divididas en dos grandes bloques: las de tradición bizantina, en las que se encuentra el Patriarcado de Constantinopla, el de Antioquía, el de Jerusalén, el de Moscú y las iglesias de Serbia, Rumanía, Bulgaria, Grecia, Polonia, Albania, Finlandia y Estonia; y las iglesias ortodoxas griegas orientales: los coptos de Egipto, ortodoxos sirios, armenios, iglesia de Etiopía y la de Siria.
De todas estas Iglesias, la más cercana a Roma es la del Patriarcado de Constantinopla, tal y como asegura el profesor de Teología de la Universidad de Navarra Don Pablo Blanco: “Con el patriarcado de Constantinopla ha habido bastante entendimiento en cuanto el primado del Papa”. No es así con todas las iglesias ortodoxas; la relación con el patriarcado de Moscú es más «fría».