En declaraciones a Europa Press, el profesor de Historia Contemporánea en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra Santiago Casas ha indicado que habrá una continuidad en la Secretaría de Estado pero cree que se verá la figura de un secretario que ha estado donde el Papa pide: en «las periferias».
Y es que, según ha apuntado, Pietro Parolin estuvo dirigiendo una casa para gente sin recursos llamada »Villa Nazaret» –proyecto de un antiguo secretario de Estado, el cardenal Domenico Tardini– y también colaboró con otro obispo para sacar adelante la atención en cárceles y hospitales militares, hechos que podrían tener que ver con su nombramiento.
Asimismo, Casas ha destacado que también podrá trabajar en los deseos del Pontífice de renovar el modo en el que se celebra el Sínodo de los Obispos ya que Parolin hizo su tesis doctoral sobre esta asamblea sinodal. Son detalles, en definitiva, que tienen que ver, según precisa, con el carácter del nuevo Papa.
Además, algo que considera importante de su carrera eclesiástica es que se trata de una persona que ha trabajado con los anteriores secretarios de Estado, tanto con Angelo Sodano como con Tarcisio Bertone y ha visto, por tanto, «maneras de funcionar diferentes» y con dos papas distintos, Juan Pablo II y Benedicto XVI.
En cuanto a la reforma de la Curia, Casas ha advertido de que Parolin no es el que va a reformar la Curia aunque sí el que coordinará la Curia para que trabaje según los deseos del Papa. También ha apuntado que es uno de los secretarios de Estado más jóvenes que ha habido en El Vaticano, por lo que es previsible que ocupe este cargo durante todo el Pontificado de Francisco.
Por su parte, el catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado de la Universidad Complutense Rafael Palomino ha destacado que Parolin «da más signos de espiritualidad que otros predecesores» y que aunque supone la vuelta de un diplomático «puro y duro» no tiene por qué significar un regreso de los diplomáticos, al igual que con Bertone se habló de la llegada de «una élite de teólogos» en el Gobierno del Vaticano y «no fue así exactamente».
En cualquier caso, Palomino ha invitado a esperar para ver hacia dónde se dirige su trabajo, si va a firmar más concordatos, si va a resolver por la «vía amigable» los «roces» que pueda haber en las cuestiones Iglesia-Estado en países como España, Italia, Portugal o Brasil o si va a conseguir acentuar el peso de la Santa Sede en la ONU.
Además, considera que no hay que apresurarse porque con Bertone, al principio la gente se quedó con lo anecdótico como, por ejemplo, que había retransmitido partidos de fútbol en la radio, y después, cuando se destapó el caso Vatileaks, la impresión sobre su figura se volvió menos positiva y se arremetió contra él.
¿DÓNDE VIVIRÁ PAROLIN?
En el caso de Parolin, según ha apuntado, se le ve «sencillo», que «no es un hombre estrella», sino más bien «discreto» además de parecer «un buen diplomático» que «conoce bien el ambiente en el que se va a mover». No obstante, ha precisado que no se puede saber qué va a ocurrir, sobre todo, teniendo en cuenta las últimas decisiones tomadas sobre el IOR, las finanzas vaticanas o el G8 vaticano.
En esta línea, Palomino también ha lanzado la pregunta que ya se hacen algunas personas sobre la que será la residencia del nuevo secretario de Estado: «¿Se irá al palacio donde vivía Bertone o se va a ir a Santa Marta para estar cerca del Papa?». Una pregunta a la que se podrá responder en «un par» de semanas cuando Parolin ya se haya recuperado de la intervención quirúrgica y se incorpore a su nuevo puesto.