Tras anunciar su renuncia, y una vez se haga efectiva el próximo 28 de febrero, Benedicto XVI pasará unos días en Castelgandolfo, y después se retirará en el Monasterio de clausura Mater Ecclesiae, dentro de la Ciudad del Vaticano.
El Monasterio Mater Ecclesiae abrió sus puertas el 13 de mayo de 1994 para responder al deseo de Juan Pablo II de crear una comunidad monástica de religiosas contemplativas dentro de los muros vaticanos, que acompañaran con su oración la actividad del Santo Padre y de sus colaboradores de la Curia Romana.
El convento es ocupado cada cinco años por una comunidad de religiosas diferente. Han pasado por allí monjas carmelitas, benedictinas, clarisas, salesas…
El monasterio, de estilo simple pero moderno, ha sido construido sobre la antigua residencia de los jardineros; tanto la arquitectura como su localización, sobre una elevación de la colina vaticana, rememora la soledad y lo sacral de los antiguos eremitorios, o residencias de ermitaños.
El edificio está dispuesto en cuatro niveles; en los pisos segundo y tercero hay 12 celdas para las monjas y la biblioteca, mientras que en la planta baja y sótano, se encuentran la Capilla y el Coro (reservado para uso exclusivo de las monjas de clausura), la portería y el locutorio para los visitantes.
Un alto seto y una gran verja con puerta de acceso delimitan el espacio exterior del monasterio, al que se llega por una rampa hasta un pequeño porche cubierto que comunica con la Capilla y la portería.
La única decoración existente se encuentra en la Capilla; en su interior, vidrieras artísticas y motivos sagrados inspiran a la contemplación. Preside el altar un precioso crucifijo, obra del escultor Francesco Messina, que irradia un gran misticismo.
La vidriera del presbiterio recuerda el encuentro del Señor con los discípulos de Emaús, y en los laterales, se pueden distinguir símbolos de algunas órdenes religiosas de clausura.
En la construcción han sido utilizados materiales modernos, revestimiento de teja y ladrillo en los muros y cornisas de piedra, dando al edificio una imagen de severa simplicidad en su conjunto.