Ante este reconocimiento, AIN quiere ofrecer este premio a la Iglesia perseguida. Según ha declarado a través de un comunicado, la misión de la fundación «ha sido, es y será siempre denunciar la situación de persecución y olvido que sufren más de 200 millones de cristianos en todo el mundo».
Del mismo modo, se han mostrado «especialmente contentos por la concesión de este premio». «Nos permite poner nuestra mirada en China, uno de los países donde hoy en día es más difícil seguir a Cristo», ha señalado.
Este es el motivo por el que el pasado mes de septiembre la fundación lanzó su campaña #MiGranitoPorChina, de apoyo a la Iglesia en su labor pastoral en el gigante asiático, donde viven unos 12 millones de católicos de los que nadie habla.
«Nuestras campañas tratan de ser proféticas, denunciando el sufrimiento de nuestros hermanos olvidados que, con sus sencillas vidas, resisten firmes en la fe en Cristo», ha explicado Javier Menéndez Ros, director de AIN en España.
«Si no nos acordásemos de ellos, sería un doble dolor: la pena de la persecución y el dolor de que sus hermanos les olviden», ha concluido Menéndez Ros, quien ha pedido a los españoles que se unan a la oración «por la Iglesia en China y en tantos otros países donde es perseguida».