El director general del OIEA, Yukiya Amano, instó hoy a Irán a acelerar su cooperación con la agencia nuclear de Naciones Unidas para poder descartar una posible dimensión militar de sus actividades nucleares.
En un discurso ante la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Viena, el diplomático japonés destacó que Irán sigue sin responder a ciertas preguntas cuyo plazo de contestación venció el pasado 25 de agosto.
«Para poder resolver todos los asuntos pendientes, pasados y presentes, es muy importante que Irán continúe poniendo en práctica todas las medidas a su debido tiempo», aseveró Amano.
Irán y los inspectores de la ONU habían pactado resolver hasta el pasado 25 de agosto una serie de dudas sobre el programa nuclear iraní, de las cuales dos asuntos clave relacionados con posibles actividades militares han quedado sin resolver.
Además, el OIEA instó a Irán el pasado 2 de septiembre proponer nuevas medidas de creación de confianza y hasta hoy no ha recibido respuesta alguna, criticó Amano en su discurso.
El responsable de la agencia nuclear de la ONU se reunió el pasado 17 de agosto en Teherán con el presidente iraní, Hasán Rohaní.
En aquel encuentro, la cúpula iraní le prometió a Amano que iba a acelerar su cooperación con el OIEA, incluyendo el esclarecimiento de las posibles dimensiones militares de su programa nuclear.
Esas sospechas fueron expuestas en noviembre de 2011 por el OIEA en un informe, basado en información de diferentes servicios de inteligencia, que la ONU considera como «creíble».
Se trata de supuestas actividades con explosivos especiales y otros experimentos, supuestamente realizados en instalaciones militares, que podrían ser usados para fabricar bombas nucleares.
Mientras que el OIEA sigue esperando las respuestas de Irán, la comunidad internacional, liderada por las seis grandes potencias (EEUU, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) está negociando con la República Islámica un acuerdo nuclear duradero.
Occidente teme que el programa atómico iraní oculte intenciones militares, algo que Teherán rechaza diciendo que sólo tiene objetivos energéticos y científicos.
Un primer acuerdo interino, firmado por las potencias y la República Islámica en noviembre del año pasado, estipuló la congelación de ciertas actividades nucleares en Irán a cambio de un levantamiento parcial y temporal de las sanciones internacionales.
El próximo 24 de noviembre vence el plazo que las dos partes se han dado para cerrar un acuerdo que ponga fin a este conflicto que dura ya una década larga, siempre a la sombra de una posible intervención militar de Estados Unidos o Israel contra Irán.