– ¿Qué diagnóstico haría usted de esta crisis tan dura que estamos viviendo en España?
– Le daré mi diagnóstico particular, que es compartido por bastante gente. En España no se ha sabido adaptar a dos cambios fundamentales que ha habido en su entorno. El primero data de 1989. Es la caída del Muro de Berlín. A partir de esa fecha el mundo ha cambiado. Se ha globalizado de repente. Esto quiere decir para España -y España todavía no lo ha entendido- que el trabajo barato del sur de Europa se está sustituyendo por trabajo barato del centro y del este de Europa. No hay que ir irse a Filipinas ni a Vietnam para encontrarlo. Esto todavía no nos lo hemos planteado.
El segundo punto es un cambio que data de 1993: la decisión de entrar en el euro. España siempre ha sabido que de una recesión cíclica se salía devaluando la peseta. En 1993 ya se sabía que una vez en el euro no se iba a poder devaluar. Con respecto a esto, un personaje de la vida pública española me propuso el siguiente ejemplo: devaluar la peseta era como pintar de nuevo una casa moviendo la brocha de arriba a abajo. Ahora la brocha, que antes era la peseta y ahora es el euro, está quieta, así que tienes que mover la casa. Es mucho más difícil.
– ¿Pero acaso no se tenía conocimiento de esta situación?
– España sabía esto. Lo sabía el Banco de España, que en incontables ocasiones dijo las reformas que había que hacer para no perder competitividad. Pero no se hicieron. Lo que nos está pasando es una terrible pérdida de competitividad, de un 25% con respecto a Alemania desde 1999 hasta 2009. Y la gente se pregunta, ¿y la crisis financiara? ¿Y la crisis mundial? Una ha sido el detonante y la otra el agravante. Pero las causas son nuestras. Holanda, que ha tenido una crisis financiera, tiene una tasa del paro del 6%. Aquí es del 24% y subiendo.
Este es el diagnóstico, y tener un diagnóstico ajustado es muy importante porque te permite una estrategia de salida. Aquí no hay diagnóstico. Ningún partido está diciendo lo que estoy diciendo yo. Se habla de la crisis financiera mundial, se habla de la recesión mundial que ha habido. Entonces, al plantearlo así, no hay nada que nosotros podamos hacer porque la crisis viene de fuera. Y no, ese diagnóstico es erróneo.
– Entonces, ¿considera usted que los políticos españoles están cualificados para planificar una salida de la crisis?
– Para planificar primero tienes que saber a donde quieres ir. Si no sabes a donde quieres ir, ¿cómo puedes planificar? ¿A donde quiere ir el Partido Popular? ¿Lo han dicho? ¿A donde quiere ir el PSOE? Tampoco lo dijeron antes y no lo están diciendo ahora.
Lo primero que necesita la planificación es un objetivo. ¿Qué dijo Rajoy en la entrevista que le hicieron en TVE? Habló de reducir el déficit. ¿El déficit para qué? Será con el objetivo de que nos presten. Y una vez que nos presten, ¿qué vamos a hacer con el dinero? También dijo: “Tengo que subir los impuestos porque el gran objetivo es reducir el déficit, pero a poco que la cosa mejore, los volveré a bajar”. O sea, que volveremos a estar como antes. Es todo muy cortoplacista.
Los políticos tratan a los votantes como si fueran menores de edad. No se puede decir: “no podemos hacer el ajuste antes de las elecciones gallegas”. Eso no lo dijo Rajoy así, pero es lo que yo entendí que estaba diciendo. Y luego hablan de la gran madurez del pueblo español… ¿Madurez de qué? No se planifica porque no se sabe a donde se quiere ir.
El Estado -es decir, el Estado central y las administraciones territoriales- se está gastando el 30% más de lo que ingresa. Esto es así porque durante la burbuja inmobiliaria el Estado se adaptó a la burbuja, que era ingreso coyuntural, haciendo gastos de tipo estructural. Cuando llega la recesión tienes más desempleo, menos cotizantes a la Seguridad Social y te vienen las cosas peor.
Hay que tomarse muy en serio las reformas de la Administración para aumentar la competitividad de la economía. Los alemanes empezaron hace 10 años. ¿Quien estaba la frente del Alemania por entonces? Gerhard Schröder, que entonces empieza el programa Alemania 2010 y sabe que le hará perder las elecciones. ¡Y claro que perdió las elecciones! Pero lo hizo.
– Las encuestas señalan que el desprestigio de nuestra clase política es enorme, pero de momento el Rey ha sido el único en pedir perdón a los españoles. El que nadie pida disculpas, ¿forma parte del actual sistema político de compadreo constante o se debe a una pura degradación moral?
– No sabemos muy bien porqué pidió perdón el Rey, pero lo pidió. Algo es algo. Y yo creo que quedó bien. Otra cosa es que se pueda criticar su comportamiento. Un rey tiene más obligación que nadie de ser ejemplar.
En cuanto a los políticos, creo que ven el actual estado de las cosas como el estado natural del mundo. Mi artículo sobre la clase política publicado en EL PAÍS ha tenido mucho éxito porque era un poco como jugar en casa con el viento a favor: si pones a los políticos a caldo, el artículo va a gustar. Son chivos expiatorios de una situación que así se percibe como muy mala por parte de la ciudadanía. La otra mitad de la historia es que la clase política es bastante reflejo de la ciudadanía. Esto se dice mucho menos. Si, como he hecho tantas veces, hubiera escrito sobre las reformas que hay que hacer como, por ejemplo, la del mercado de trabajo, me hubieran caído pedradas.
La situación es muy compleja. Pero hay que cortar por algún sitio. Hay un círculo vicioso con una población que tiene un sentimiento muy corporativista, en el que cuando se habla de reformas estructurales, se dice “sí, las que afecten a los demás”.
Tengo un amigo farmacéutico que era muy partidario de las reformas estructurales, hasta que el gobierno liberalizó las farmacias. No veas como se puso… En todo caso, la realidad, sin duda, es mucho más compleja de lo que yo reflejo en mi artículo o en mi futuro libro. Cuando lo acabe habrá más elementos. Pero siempre tienes que trabajar con una realidad simplificada. Pero el pensar que todo es muy difícil te lleva a la resignación, a que esto no hay quien lo mueva.
– En su artículo señala que el actual sistema político español básicamente se dedica a la captura de rentas y que en gran parte es el responsable de tres burbujas: la inmobiliaria- ya mencionada por usted-, la de las energías renovables y la de las infraestructuras. Todo ello, afirma, ha generado notables dosis de fraude y corrupción. ¿Podría describir cual es la matriz de este sistema de captura de rentas que se está demostrando tan perjudicial para España?
– La raíz histórica viene de muy lejos. Se manifiesta en una Administración pública que se dimensionó a las burbujas. ¿Cuantas televisiones públicas hay en España, cuantos canales tiene cada una, cuantas empresas públicas, fundaciones y organismos sin objetivos claros tenemos? De estas últimas tenemos más de 4.000.
Se ha ido generando una administración tremenda, desproporcionada. Pero no es solo esto. Hay una actitud general. En la burbuja de las renovables, Zapatero apostó por las energías verdes. Me hago el líder mundial de las energías verdes y las empiezo a subvencionar. Y no somos los EE.UU. Somos el 2% del PIB mundial. Estamos pagando más de 6.000 millones al año de primas a la industria renovable. Es decir, el 15% mundial. El 2% está pagando al 15%. Oiga, salvemos el planeta, sí, pero entre todos. Y cada uno que ponga lo suyo.
¿Cómo se capturan rentas ahí? Fijémonos quienes están en los consejos de administración de las empresas, en quien da los permisos para que se instale un parque eólico en su municipio, mira quien en la comunidad autónoma de turno da el visto bueno para ese permiso, mira quien hace ojos ciegos cuando fraudulentamente se repotencian los parques de energía fotovoltaica.
Hay mucho fraude en todas las burbujas, en las que siempre hay un primo que acaba desplumado. El típico primo es el contribuyente, que es el que se hace cargo de las facturas.
– ¿Cómo ha sido el proceso de asalto y quiebra que han realizado los partidos políticos con las Cajas de Ahorros?
– Si le das la tutela de una banco o de una Caja a un poder político que nombra a los miembros de tu consejo, y que ya se cuidaban ellos de hacer un nombramiento equitativo… Si coges la CAM, o cualquier otra caja, en su consejo estaba el partido gobernante, la oposición, Izquierda Unida, los sindicatos… Todos.
¿Quien es quien le dice a quien le presta esa Caja? ¿Como es que Bancaja y la Caja de Ahorro del Mediterráneo financiaron el parque Terra Mítica en Valencia? Y por qué la Caja de Castilla La Mancha financió el aeropuerto de Ciudad Real? ¿Y qué paso con el aeropuerto de Castellón? Son negocios ruinosos. Si hubieran dado esto a un analista independiente, no lo hubiera hecho.
¿Cuantos bancos han llegado a la quiebra técnica por culpa de la burbuja inmobiliaria? Ninguno. ¿Cuantas Cajas? Casi todas de un total de 45. La diferencia es quien manda en unos y en otros.
– ¿Se puede poner coto al hipertrofiado Estado español?
– Esta pregunta habrá que resolverla en meses, sino en semanas. El déficit del año pasado fue del nueve y pico. Ahora dicen que lo van a bajar a un seis, pero yo me conformo con un ocho. Es que nos van a dejar de prestar. Realmente hay que reducir esto.
¿Por qué invertimos dinero en un AVE a Galicia? No tengo nada contra los gallegos, pero creo que no tendría que haber AVE en España. España es una país con muy poca densidad de población. Entre Tokio y Osaka, en una comarca que es un poco más pequeña que Andalucía, viven 97 millones de personas. Allí el Metro es el AVE.
Aquí, con población dispersa, no tiene ningún sentido. El AVE a Sevilla no ha amortizado un solo euro de la inversión en infraestructura inicial. Y le está hablando un ex consejero de RENFE, que se sabe las cuentas.
¿Porque en vez de invertir dinero en nuevas infraestructuras, que a lo mejor te ahorran 10 minutos o media hora, no reformamos la justicia para que en vez de tardar 10 años en conocer la sentencia sobre una empresa -que entre medias ya ha quebrado-, se tarden 10 meses?
La economía necesita mucho más lo segundo que lo primero. Estos son los problemas que nos tenemos que plantear.
– A la sobredimensión de la Administración pública se suma la deriva centrífuga de las Autonomías, que han hecho que España se haya vuelto en gran medida un país ingobernable. ¿Cree que sería posible emprender un proceso de recentralización del Estado?
– Sinceramente, me temo que es tarde. Cuando empezó la crisis se tendría que haber pensado un encaje diferente de catalanes y vascos. Ahora no sé como se va a enderezar esto, pero lo veo tarde. De las otras comunidades autónomas realmente habría muchas funciones que habría que recentralizar.
Rajoy anunció una serie de leyes, el problema es que siempre que anuncia una cosa luego hace lo contrario, pero habló de una ley de mercado interior, de una ley para evitar duplicidades en las administraciones. De acuerdo, que las haga, y luego miraremos la letra pequeña.
– Usted sugiere que por parte de nuestra clase política hay una resistencia a que el rescate se lleve a cabo, porque con el vendrían de Europa toda una serie de reformas en profundidad que acabaría con el sistema de captura de rentas. ¿Pero no se podría pensar que Rajoy se resiste al rescate porque los recortes que vendrían con él serían tan duros que casi sería peor el remedio que la enfermedad y que, por ello mismo, habría que evitarlo a toda costa?
– Discrepo de que la posibilidad de resistirse al rescate sea razonable. No lo es. La vida fuera del euro, para nosotros, es Argentina. Así de claro. Es mucho mejor hacer los sacrificios, que no se tienen que presentar como tales, sino como la necesidad de reformas para poder vivir en el siglo XXI entre los mejores. Somos un país muy rico. Tenemos la sensación de que nos hemos empobrecido, y lo hemos hecho, pero el PIB de España, que tiene 47 millones de habitantes, es mayor que el de todo el continente Africano, que son 900 millones.
Pero nos podemos caer de ahí. Y si nos salimos del euros nos caeremos. La ambición de España es estar entre los mejores. Para ello tenemos que flexibilizar el mercado de trabajo y, por supuesto, proteger a los más débiles. En esto estoy de acuerdo con Rajoy. El pensionista es la persona más indefensa. Pero España tiene el mayor número de jóvenes que ni estudian ni trabajan. ¡No puede ser que ni estudien ni trabajen!
Tenemos que estar en el siglo XXI. Al que ya tiene la vida hecha y no tiene posibilidad de adaptarse a un nuevo mundo, a ese déjale. Pero hay muchas cosas por hacer. Por ejemplo, educar a la población, decirle a los jóvenes queson responsables de sus propias vidas, no lo es el Estado.
Estas son algunas de las reformas. Un buen liderazgo político lo debería explicar. Esto fue lo que hicieron en Alemania hace 10 años. Pero aquí tenemos a Luis de Guindos, diciendo que “estamos haciendo lo que Alemania hizo hace 10 años. Vamos con retraso”. ¿Y quien era el Secretario de Estado de Economía hace 10 años? Luis de Guindos.
– ¿Pero todas estas reformas no se podrían acometer sin tener que asumir un rescate de Europa?
– Hace 10 años, sí. Ahora, no. No queda un euro en caja. Lo que pasa es que los términos de la negociación todavía no los han leído. Para que España salga de la crisis la teoría económica solo ha inventado una manera: exportando. Antes devaluábamos la peseta y ganábamos competitividad. Para salir de hoyo hace falta una cuerda, y la cuerda son las exportaciones.
Ahora, ¿Cómo van las negociaciones con Europa? Deberían de decirles que pueden examinar a España cada tres meses, o cada mes, o casa semana, pero a cambio solo habría que pedirle una cosa, que crezcan, que le suban el sueldo a los funcionarios alemanes, para que nosotros podemos exportar, porque si no podemos exportar no podremos salir del hoyo por más rescates que nos den.
Y esto lleva a una cosa que la mayor parte de los economistas ven como obvia, pero los términos de la negociación no se han planteado así. Si Alemania y los países del norte no crecen, no vamos a exportar.
– En su artículo también comenta que una manera de oxigenar a la clase política sería estableciendo listas abiertas. De implantarse este sistema, podría mejorar nuestra democracia, pero también podría traer la instalación de una neocaciquismo en el cual los políticos, sabiendo que todo lo deben a su circunscripción, se dediquen solo a cuidar de ella mientras se desentienden del bien común de España. ¿Ha sopesado usted este riesgo?
– Es un riesgo evidente, pero vale la pena correrlo. De momento, tengo el fuerte convencimiento de que el sistema actual no vale y necesita ser sacudido.
Yo confío en España. Cuando le das libertad, siempre responde de maravilla. ¿Cuantas universidades españolas hay entre las primeras 150 mundiales? Ninguna. ¿Cuantas escuelas de negocios hay entre las diez primeras mundiales? Tres: el IESE, el ESADE y el Instituto de Empresa. ¿Por qué no hay ninguna universidad? Porque están tan reguladas que no pueden ni decidir que cobran los profesores, lo que pagan los alumnos… Las escuelas de negocios no están reguladas. Hacen lo que quieren y hay tres entre las 10 mejores del mundo.
Fijémonos que las empresas españolas buenas salen de los sectores que no están regulados. Por ejemplo, Mercadona, Mango, Inditex. Inditex es la única empresa europea que ha entrado en el Fortune 500 (una lista de las mejores 500 empresas mundiales) desde el año 1975. ¿Por qué somos tan buenos en confección y distribución de la ropa? ¿No nos habían dicho los economistas que todo eso se iba a hacer en Asia? Porque no está regulado.
Hay que confiar en los españoles. Ahora se les dice que pueden tachar a gente de las listas, ahora que se presente quien quiera por la circunscripción de Pinar de Chamartín, y que peleen por el puesto. Me gustaría tener un parlamento compuesto por personas en las que todos y cada uno de ellos han ganado las elecciones. Porque de momento no las han ganado ni Aznar, ni Zapatero, ni Felipe González. Las ganó el partido. Iban por una circunscripción muy amplia, como es una provincia.
Sí, habría mucho caciquismo. ¿Más que ahora? No lo sé.
– ¿Conoce usted el ambiente que se vive dentro de los partidos?
– Nunca me he dedicado a la política, aunque he tenido nombramientos de Consejo de Ministros. Pero está bien haber visto mundo, haber trabajado en distintos sitios, de conocer un poco como funciona la economía real, la sociedad civil, y eso se echa mucho de menos en el ámbito político.
La política profesional, aunque se pasa todo el día hablando con gente, es un comportamiento muy estanco. No es lo mismo que tener que pagar una nómina. ¿cuantas veces hemos oído lo de la ventanilla única? Hay una ley que ya dice que cuando la administración ya tiene unos datos no te los tiene que pedir a ti, pero luego es para morirse de la risa… Como cuando vas a la ITV. Pagas una tasa y la central de la ITV le comunica el pago al Ministerio de Interior. Pero luego te hacen llevar una pegatina en el parabrisas. Además, la ITV está en la documentación del coche, así que si se llama por teléfono rápidamente se sabe si la has pasado o no. ¡Pero hay que llevarlo pegado! Y luego, para hacer cualquier tipo de papel, te piden una serie de cosas que la administración ya tiene que tener.
Esto es lo que no se puede cambiar porque hay demasiadas leyes. Y si lo cambias de verdad y aplicas la ley, se quedan sin trabajo. Dicen que el franquismo era una dictadura suavizada por el incumpliendo de la ley. Esto es una democracia empobrecida por el incumplimiento de la ley.