La revista ‘The Economist’ publica en su último número un reportaje sobre los partidos populistas como es el caso en España de ‘Podemos’. El reportaje se titula literalmente “los bolsillos del Kremlin”.
La revista señala que los buenos resultados obtenidos por estos partidos en las últimas elecciones europeas han aumentado los temores a la aparición en Estrasburgo de un bloque pro-ruso coherente y organizado.
‘The Economist’ destaca que en Grecia, el partido de izquierda radical Syriza ahora gobernante se inclina hacia Rusia. El 11 de febrero Nikos Kotzias, el nuevo ministro de Relaciones Exteriores, fue a Moscú, en su primera visita a una capital extranjera fuera de la Unión Europea. Syriza se opuso a la ampliación en las sanciones hacia Rusia. Otra formación de izquierdas, que en un sentido amplio es abiertamente pro-rusa es ‘Podemos’, en España. Su líder ha acusado a Occidente de mantener con Rusia un doble rasero”.
Según el semanario, el Frente Nacional francés admira abiertamente a Putin y recuerda que su líder, Marine Le Pen, ha realizado varios viajes a Moscú. “Recientemente, el FN aceptó un préstamo de 9,4 millones de euros de un banco ruso cuyo dueño mantiene vínculos indirectos con el Kremlin. Se dice que es el primer tramo de un préstamo de 40 millones de euros”.
Además, el partido de extrema derecha húngaro Jobbik, que obtuvo un 20% de los votos en las elecciones parlamentarias del pasado mes de abril, es declaradamente pro-ruso. “En 2013, su líder describió a Rusia como guardián del patrimonio europeo, lo que contrasta con su creencia de que la UE es una institución traidora. Su figura más controvertida, Bela Kovacs, un miembro del Parlamento Europeo, ha presionado a favor de los intereses de Rusia y apoyó la invasión de Crimea. Fidesz, el partido gobernante de Hungría, antes ferozmente anticomunista, también ha estado cultivando lazos más estrechos con los rusos. En julio, el primer ministro, Viktor Orban, dijo que se esfuerza por construir ‘un Estado no liberal’ dentro de la UE.
Varios expertos consultados por este diario subrayan que la relación del Putin con los populismos europeos planteará un desafío importante para Europa. La unidad europea es frágil y construida en torno a divisiones por lo que penetrar en los partidos de extrema derecha o izquierda, es una de las tácticas de Putin para desestabilizar la unidad europea.
Rusia busca aliados en los populimos
Uno de los últimos episodios en torno a las sanciones económicas lo protagonizó Syriza, a los pocos días de ganar las elecciones planteó la posibilidad de votar en contra de emitir más sanciones económicas a Putin. Esta posibilidad hizo saltó las alarmas en tono al acercamiento de Rusia y Grecia.
La relación entre el Frente Nacional y Rusia se basa en lazos económicos. Según MediaPart, el FN ha pedido a sus interlocutores rusos 40 millones con los que financiar la actividad política. Aunque se trata de cuestión meramente económica, esta financiación despierta recelos por la injerencia de un Estado extranjero en la vida política francesa.
En Hungría preocupa la relación entre el partido ultranacionalista Jobbik y el Kremlin. Una delegación del partido estuvo de gira política a finales de 2014 por Moscú, a fin de reunirse con diversos actores políticos y culturales de Rusia para discutir temas como la crisis de Ucrania, el fortalecimiento de las relaciones húngara-rusa y sobre la adhesión de Hungría a la Unión Euroasiática. El partido español, »Podemos», también se encuentra entre los nuevos aliados rusos.