La líder de UPyD señala en este artículo que ha escrito para el diario El Mundo que no es aceptable que se cambie el nombre de las cosas para enmascarar las acciones más viles y cobardes. Destaca que no es aceptable el silencio cómplice de los que aplauden a quienes desde la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados llamaron asesinos y ladrones a los diputados del Partido Popular.
Diez escribe: “No es aceptable que unos ciudadanos, por muy justamente indignados que puedan estar, se crean con el derecho a sustituir a quienes han sido elegidos en las urnas y representan a la soberanía nacional”.
“Nosotros no estamos dispuestos a revivir épocas pasadas, aunque cambie el escenario y los nombres de los impulsores de tales vilezas. Hemos sufrido demasiado tiempo la perversión del lenguaje como para consentirlo y dejarnos engañar a estas alturas”, apunta.
Afirma que en Euskadi, “ya hemos vivido la persecución de centenares de personas en sus propios domicilios; hemos sufrido amenazas a la libertad de expresión de los representantes legítimos de los ciudadanos hemos vivido todo tipo de coacciones a los hijos de quienes eran señalados como enemigos del pueblo... a todas estas cosas las denominaron kale borroka, pero era terrorismo: a estos que algunos están haciendo ahora en nombre de los desahuciados por las hipotecas le llaman escrache, pero es acoso. Acoso cobarde, acoso vil, acoso radicalmente aceptable»:
La líder de UPyD apunta que uno de los mayores malos de nuestra democracia es la impunidad; la impunidad ante las corrupción política o económica, la gestión impropia y dolorosa de los recursos públicos o la falta de tras parecencia en los actos de las administraciones publicas lo que nos distingue de los países en los que existe una democracia de calidad.