Pedro Sánchez se presenta como un “militante de base” que ha sufrido el drama del desempleo juvenil. Está licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid. Desde 2009 combina su trabajo como profesor de Estructura Económica e Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Camilo José Cela de Madrid con su actividad política (fue concejal del Ayuntamiento de Madrid en 2009 y en enero del año pasado se sentó por primera vez en el Congreso de los Diputados). Habla inglés y francés. Está casado y tiene dos hijas.
“Mi único aparato es mi Peugeot 407”, dijo durante su campaña. En ella propuso una “ejecutiva unida”, invitando a sus dos adversarios en la carrera a la secretaría general del partido, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias, a integrar su grupo. Algunos analistas políticos lo consideran como un candidato de centro, pero él asegura que solo aspira «a ser el candidato que gane a la derecha”.
Que Pedro Sánchez podría convertirse en el nuevo líder de los socialistas parecía muy remoto hace unos meses. Fue el último en llegar a la política y el menos conocido, porque no estaba ligado ni a la época de Rubalcaba ni a la de Zapatero. Pero los 30 días de campaña fueron para él una carrera de fondo. Se pateó España en busca de apoyos, y ha acabado por conseguir los de la mayoría de los barones (en especial, el de la presidenta andaluza, Susana Díaz). Quizá porque siempre se ha mostrado muy seguro a la hora de vender sus propuestas.
Agrupamos aquí las más importantes:
1. Regeneración interna del PSOE. Sánchez se comprometió a seguir con el proceso de primarias abiertas en noviembre en las que se elegirá al candidato socialista a la presidencia del Gobierno, aunque sin desvelar si él se presentará.
Como secretario general del partido, el madrileño prometió más transparencia, que cada año el secretario general y los líderes autonómicos del PSOE rindan cuentas en “asambleas abiertas”.
Propuso la limitación de mandatos, una mayor “paridad” en el partido con las “listas cremallera” y que se eliminen las donaciones privadas a los partidos políticos.
También que el PSOE esté más comprometido con los jóvenes. “Nuestros jóvenes son el sector de la sociedad con más dificultades ante la crisis. Tenemos que abrirles todas las puertas de la sociedad para que se conviertan en el principal baluarte de nuestro futuro”, propone en su programa.
Y una mayor relación con los sindicatos: “El PSOE es el partido hermano de la Unión General de Trabajadores. Aún con independencia, debemos trabajar más cerca”, y más cercanía con los colectivos “que en los últimos años nos ha retirado su apoyo, como los “indignados”.
2. Si él estuviera en el Gobierno… Derogará la reforma laboral y la de la administración local. Prohibirá indultos por motivos “políticos y económicos” y promoverá otra reforma fiscal.
También exigirá una mayor transparencia, que todos los cargos lectivos declaren sus bienes de forma clara. Promover un cambio en la ley electoral: “una reforma constitucional que provoque una nueva ley de partidos políticos» que, entre otras cosas, obligue a celebrar «primarias abiertas en todos los partidos».
Quiere una “descolonización” de las instituciones en teoría independientes, como el Tribunal Constitucional o el Banco de España. En más de una ocasión ha reconocido que fue un error poner al frente de esta institución a Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que anteriormente había ocupado varios cargos en el PSOE.
Propone el fin del aforamiento, porque, asegura, hay que vincularlo “solamente a la actividad política y no a la actividad privada». «Podríamos valorar el eliminar el aforamiento de todos los diputados y diputadas del congreso. Yo no tendría ningún problema», declaró durante su campaña.
3. Catalunya. Su postura en este tema es similar a la del Gobierno y a la de Alfredo Pérez Rubalcaba: no cree necesario “que se tenga que hacer un referéndum ni pactado ni legal”. Pero sí apuesta por una reforma de la Constitución para que defina “el carácter federal de España, para que las comunidades autónomas ganen en autogobierno”, y en ese momento “hacer un referéndum” entre todos los españoles.
4. Religión. Se compromete a trabajar por un Estado laico, derogar el Concordato con la Santa Sede y “revisar a fondo todos los privilegios fiscales que ahora mismo tiene la Iglesia”.
Sánchez declaró que la Iglesia “no puede seguir siendo fedatario público” y, como consecuencia, se debe aprobar una ley de libertad religiosa, que reconozca el hecho religioso de las personas en su ámbito privado. “No soy anticlerical”, se declara Sánchez en su programa. “Respeco todas las creencias por igual y por eso no acepto imposiciones de ninguna religión”. Propone la eliminación de la religión de la escuela pública y eliminar cualquier privilegio de una religión sobre otra.
5. Sanidad y educación pública y gratuitas para todos. “Debemos garantizar en primer lugar que los servicios básicos del Estado de bienestar sean universales y gratuitos para todos los ciudadanos”. Sánchez dedica un apartado entero a la sanidad y a la educación. Establece que es necesario eliminar los copagos y extender, por ejemplo, las coberturas en materia de salud y educación infantil. También propone aumentar los recursos destinados a sostener el Estado de bienestar.
6. Un partido laico, federal, con valores republicanos, feminista y comprometido con el medio ambiente. “Política firma con la lucha contra la corrupción. Libertad de las mujeres para decidir cuándo quieren ser madres, la igualdad total de mujeres y hombres sin atavismos religiosos”, se puede leer en su programa en su programa.