El PSOE ha quedado dividido desde hoy en dos órganos de gobierno distintos que no se reconocen legitimidad entre sí y que dirigirán el partido de forma paralela durante los próximos días, bajo los liderazgos enfrentados del secretario general, Pedro Sánchez y de la andaluza Verónica Pérez.
Por un lado, los »sanchistas» sólo reconocen como órgano de gobierno a lo que queda de la Ejecutiva Federal tras las diecisiete dimisiones del miércoles (18 de sus 35 miembros), mientras que los »susanistas» han proclamado a la secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, como única autoridad del partido, en su calidad de presidenta del Comité Federal.
La propia Pérez lo ha confirmado en las puertas de Ferraz, donde este jueves los dos »bandos» intentaban celebrar reuniones simultáneas de la ejecutiva y de la Comisión de Ética y Garantías, sin que uno tenga para el otro validez jurídica.
Desde la secretaría de Organización se considera «nula a todos los efectos» la reunión de la comisión de garantías (porque no se ha convocado a instancias de su presidenta, sino de Verónica Pérez, que no tiene autoridad para ello según ha reconocido ella misma), mientras que los miembros de este órgano que han acudido a la reunión (tres de cinco) dan por «disuselta» la ejecutiva.
La ejecutiva diezmada que sigue fiel a Sánchez ha acordado someter a la votación del comité federal del sábado la celebración de primarias el 23 de octubre y ha adelantado el congreso a noviembre.
Una de las incógnitas es si los críticos acudirán el sábado al comité federal convocado por la ejecutiva a la que no reconocen o los críticos celebrarán su propio comité federal.