“La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera”, escribió Horacio antes de Cristo. ¿Es así en España? ¿Se trata a los poderosos y ricos con el mismo celo que al común de los ciudadanos?
NO, se trata con más celo a los poderosos y se presiona a los jueces
- La doctrina Botín vs. La doctrina Atutxa: En diciembre de 2007, el Tribunal Supremo archivó el caso de las cesiones de crédito del Banco Santander. Estaban imputados Emilio Botín y otros tres directivos por falsedad en documento oficial y mercantil y 30 delitos contra la Hacienda Pública. La Asociación para la Defensa de Inversores y Clientes pedía 180 años de cárcel para ellos. El tribunal, en un cambio de dirección con respecto a la jurisprudencia existente, decidió en esencia que, si la Fiscalía y la acusación particular se habían inhibido, la acusación popular no era suficiente para sostener la demanda. El ejercicio de la acusación popular debía limitarse “en cuanto a su alcance y extensión”. Sin embargo, el propio Supremo dictó un año después una sentencia en sentido contrario para condenar a Juan María Atutxa, expresidente del Parlamento vasco, por no disolver el grupo parlamentario Sozialista Abertzaleak. Esta vez admitió a la acusación popular en solitario, siempre y “cuando el delito afecta a intereses colectivos o si no se han personado los perjudicados directos”.
- La Fiscalía te lo afina: el ex ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, conspiró con el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña para fabricar escándalos contra ERC y CDC, según las grabaciones de Público: “Esto la Fiscalía te lo afina, hacemos una gestión”, dijo a Daniel de Alfonso. Si un ministro y un fiscal acuerdan acciones para encausar a políticos, ¿qué confianza puede haber de que no lo hagan para liberarlos?
- Los jueces que tocan al poder van cayendo por uno u otro motivo: Javier Gómez de Liaño, inhabilitado mientras procesaba a la cúpula del grupo mediático PRISA; Baltasar Garzón, inhabilitado mientras procesaba a los implicados en el caso Gürtel, relacionado con el Partido Popular; Elpidio Silva, inhabilitado mientras perseguía a la cúpula de Bankia; Mercedes Alaya, apartada del caso de los ERE de Andalucía, relacionado con el PSOE-A. En cada uno de los casos hubo un razonamiento de los órganos de los jueces para deshacerse de ellos (Gómez de Liaño por prevaricación; Garzón, por intervenir las comunicaciones entre presos y abogados; Silva, por prevaricar al encarcelar a Miguel Blesa; Alaya, por no colaborar con la juez titular). Los jueces inhabilitados han argumentado repetidamente que son víctimas de presiones políticas por haber ido por gente muy poderosa.
- Algunos se sientan en el banquillo o testifican, pero nunca se les condena: En 1998, José Barrionuevo se convertía en el primer ministro de la democracia en entrar en la prisión. Diez años de cárcel por el secuestro de Segundo Marey en el marco de la guerra sucia contra ETA. Le acompañaba su jefe, el presidente Felipe González, que sólo compareció como testigo. De esta forma, quedaba judicialmente al margen de las operaciones. Es decir: el máximo responsable del Gobierno desconocía lo más importante que ocurría en su Gobierno.
- Los fiscales actúan con demasiada frecuencia defendiendo en vez de acusando: el fiscal Pedro Horrach ha defendido con tanto celo a la infanta Cristina de Borbón que ha llegado a enfrentarse públicamente con el juez instructor José Castro. La jefa de la Unidad Central en materia de Coordinación de Delitos contra la Hacienda Pública, Caridad Gómez-Mourelo, ha emitido un informe exculpatorio de la Infanta, porque “quienes no gestionan no son responsables”. Son movimientos de alto nivel a los que parece ajeno el común de los ciudadanos. Los Técnicos del Ministerio de Hacienda han reprochado a la Agencia Tributaria que no acuse a la Infanta Cristina a través de la Abogacía del Estado como cooperadora necesaria de dos delitos contra la Hacienda Pública.
SÍ, se ha encausado a ministros, banqueros y realeza
De ello pueden dar fe decenas de poderosos que en España llegaron a creerse inmunes a la persecución de la Justicia. Al paso lento que la caracteriza, la Justicia española termina alcanzando a todos.
- Ni la Familia Real es impune: “La Infanta no se sentará en el banquillo”. Fue el titular de una publicación española en 2014. La Infanta Cristina se sentó y ha salido absuelta, aunque deberá pagar una multa de medio millón de euros. Nadie daba un duro porque un miembro de la Familia Real fuera a ser procesado. Iñaki Urdangarín deberá cumplir una pena de seis años y tres meses de prisión. Como ha confesado este viernes el exdiputado socialista que destapó el caso Nóos, «hace once años y un día no me esperaba que llegaría nunca no ya una sentencia sino una simple investigación sobre este asunto«.
- El dinero no blinda ni a los banqueros: Hace apenas unas semanas entraron en la cárcel los primeros banqueros. Nunca antes un banquero había estado entre rejas, salvo Miguel Blesa, que lo hizo en situación preventiva y en circunstancias que acabaron con la inhabilitación del juez Elpidio silva. Los encarcelados fueron los exdirectivos de Novacaixagalicia (fusión de Caixa Galicia y Caixanova) José Luis Pego, Gregorio Gorriarán y Óscar Rodríguez Estrada, el excopresidente Julio Fernández Gayoso (procedente de Caixanova, la caja de Vigo) y el que fuera asesor jurídico Ricardo Pradas.
- El poder político no es ajeno a la Justicia:
- El socialista José Barrionuevo fue el primer ministro de la democracia en ser juzgado y condenado por el Tribunal Supremo. Fue condenado a diez años de cárcel y doce de inhabilitación por el caso GAL. Pasó tres meses en prisión y posteriormente fue indultado. El ‘’popular’ Jaume Matas, ex ministro de Aznar, fue condenado por múltiples delitos en el caso Palma Arena, del que fue protagonista como presidente de Baleares. Ingresó en prisión. Matas se convirtió en el cuarto presidente regional condenado por la Justcia, después de Juan Hormaechea (Cantabria), Gabriel Uralburru (Navarra) y José Marco (Aragón).
- Dos expresidentes del PSOE, Manuel Chaves y José Griñán, están procesados por el caso de los ERE fraudulentos. Se enfrentan a seis años de cárcel (Griñán) y diez años de inhabilitación (Chaves). También están procesados varios exonsejeros de la Junta de Andalucía.
- Rodrigo Rato, el hombre que encarnó el milagro económico de los gobiernos de Aznar y después dirigió el FMI, está procesado por la gestión de Bankia. Además se está investigando el origen de su fortuna, pues informes apuntan a un origen fraudulento.
- Luis Roldán, exdirector general de la Guardia Civil en los primeros gobiernos del PSOE. Fue condenado a 28 años de cárcel en 1988 por malversación de fondos públicos y cohecho. Se apropió de 485 millones de las antiguas pesetas de los fondos reservados y se embolsó 1.800 millones en comisiones por la construcción y reformas de las casas cuartel de la Guardia Civil.
- El PP están siendo hoy juzgado como partícipe a título lucrativo en la Gürtel y por haber destruido los ordenadores de Luis Bárcenas, su extesorero, que también está a la espera de juicio por su enriquecimiento mientras era el contable del partido.
- La financiación ilegal del PSOE quedó acreditada a finales de los años 90 con el caso Filesa. Fueron condenados tres altos cargos del partido.
- El caso de las tarjetas Black es paradigmático. Están siendo juzgados 65 acusados, entre los que figuran banqueros, empresarios, sindicalistas y políticos de todos los colores, desde el PP al PSOE e IU.
- Los empresarios han pagado por quiebras o estafas:
- Copropietario del grupo Marsans y presidente de la CEOE entre 2007 y 2010, permanece en la cárcel. Fue condenado a cinco años y medio por vaciar la compañía.
- Los cabecillas de la Gürtel, Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez ‘El Bigotes’, han entrado esta misma semana en prisión tras ser condenado a 13 años de cárcel por delitos cometidos en la trama valencia.
- La fama y el cariño popular no protege: Neymar está procesado por estafa en su fichaje por el Barcelona y Messi fue condenado a 21 meses de cárcel por fraude fiscal. No ingresó porque la condena era menor a dos años, contradiciendo así la doctrina de otro famoso condenado por fraude, Isabel Pantoja, cuya pena no superó los dos años, pero ha pasado dos años entre rejas porque el juez entendió que su condena debía de ser “ejemplarizante”.