El presidente de Brasil, Michel Temer, eligió hoy a Raquel Dodge como sucesora del fiscal general, Rodrigo Janot, que esta semana denunció al mandatario por un supuesto delito de corrupción pasiva, informaron fuentes oficiales.
Dodge, que actualmente ocupa el cargo de subprocuradora general y actúa en el área criminal del Tribunal Superior de Justicia de Brasil, ha hecho una oposición moderada a las acciones de Janot, cuyo mandato termina en septiembre próximo.
«La doctora Raquel Dodge es la primera mujer en ser nombrada para la Fiscalía General de la República», señaló el portavoz del Gobierno de Brasil, Alexandre Parola, en un pronunciamiento realizado este miércoles en el Palacio de Planalto.
Temer escogió a Dodge tan solo un día después de que la Asociación Nacional de Fiscales de la República le entregase una lista con los tres candidatos más votados entre cerca de 1.300 procuradores.
Al elegir a Dodge, el gobernante brasileño rompió la tradición de escoger el nombre más votado de la terna, que en este caso fue el de Nicolao Dino, afín a Janot y viceprocurador general electoral.
Dodge será examinada ahora por el Senado, donde Temer goza, por el momento, de mayoría, y en caso de ser aprobada en esa cámara ocupará el cargo de fiscal general a partir de septiembre durante los dos próximos años.
El anuncio se produce en medio de la crisis política e institucional que vive Brasil y ha amenazado la continuidad del presidente Michel Temer, denunciado por la Fiscalía por un supuesto delito de corrupción pasiva en base a los testimonios a la Justicia de varios ejecutivos del grupo JBS.
La denuncia integra una amplia investigación abierta en la Corte Suprema contra el jefe de Estado por los posibles delitos de corrupción pasiva, obstrucción a la Justicia y asociación ilícita, aunque la Fiscalía todavía no se ha pronunciado sobre los dos últimos.
El propio Janot afirmó que los «actos perpetrados» por Temer y Rocha Loures traspasan «los límites de lo tolerable, causando frustración a la comunidad» y comprometen «la imagen» de la República, del Parlamento y de la Presidencia.
Como respuesta, Temer arremetió en un pronunciamiento público contra la institución y dijo en la víspera que la denuncia está basada solamente en «supuestas pruebas ilícitas» y en «hilaciones» ajenas a la verdad.
La Fiscalía rebatió al jefe de Estado en un comunicado y elevó así el cruce de acusaciones entre Temer y el Poder Judicial.
Las sospechas sobre el gobernante brasileño se desprenden de las revelaciones a la Justicia de varios ejecutivos del grupo JBS, quienes acusaron a Temer de recibir sobornos desde 2010 y aportaron una explosiva grabación en la que el mandatario escucha en silencio y hasta consiente posibles delitos.