La barbarie yihadista que sufre Oriente Medio ha tenido muchos nombres. Algunos les llaman Estado Islámico de Irak y Siria, otros Estado Islámico de Irak y del Levante, Daesh en árabe y últimamente tan solo Estado Islámico (EI).
La prensa occidental, publica The Guardian, rápidamente se subió al carro del EI, mientras que el Gobierno estadounidense se mantuvo con las dos anteriores nomenclaturas.
Ahora el Estado Islámico tiene un nuevo quinto nombre, que, quizás, sea el más singular de todos: Separatistas de Al Qaeda en Irak y Siria. Este cambio de marca es el intento de una influyente institución islámica por impedir que el grupo siga manchando la reputación del Islam.
«Lo que Occidente llama el Estado Islámico no tiene ninguna relación con el Islam«, mantiene la institución Dar al Ifta, perteneciente al ministerio de Justicia egipcio y responsable, en parte, del discurso islámico global. Es considerada una autoridad y un guía para los musulmanes suníes, confesión del EI, repartidos por el mundo.
«La iniciativa de Dar al-Ifta expresa el rechazo a los muchos estereotipos violentos que se están uniendo al nombre del Islam», ha explicado Ibrahim Negm, un asesor del gran mufti de Egipto Shawqi Allam, a Al Arabiya News.
La denominación del grupo radical ha sido toda una batalla lingüística. Hace unos meses, hubo una disputa sobre si se debía llamar al grupo EI de Irak y Siria o EI de Irak y del Levante, debido a las diferentes formas en que el árabe se podría traducir.
La confusión fue mayor cuando el 29 de junio de este mes el portavoz del grupo, Abu Mohammed al-Adnani, declaró que el grupo renunciaba a los anteriores nombres, proclamaba el califato y aseguró que el grupo sería simplemente conocido como Estado Islámico.