Mientras Manuel Valls se defiende de las acusaciones por los cargos de tráfico de influencias que se le imputan, el presidente del país parece recuperarse de la peor etapa que ha vivido desde que tomó posesión del cargo.
Según el último sondeo elaborado por Ifop y difundido por la revista Paris Match, el jefe del Estado se aleja del 18% de aprobación cosechado el pasado junio y que marcó el mínimo histórico para un presidente desde la fundación de la V República, en 1958.
Cinco son los puntos que ha conseguido recuperar hasta conseguir el 23% de las simpatías de los franceses. Así, el jefe del Estado La encuesta confirma esa progresión del político socialista entre aquellos que le desaprueban, que pasan del 81 al 76% en un mes.
El avance de popularidad se debe a su imagen como defensor de «los intereses de Francia en el extranjero».
El sondeo se realizó por teléfono sobre una muestra de 977 personas y entre los pasados 27 y 28 de junio, es decir, antes de que el expresidente francés Nicolas Sarkozy y rival de Hollande en las elecciones fuera llamado a declarar ante la policía como detenido y finalmente resultara imputado por «corrupción activa», tras 15 horas de interrogatorio.
Por su parte, el primer ministro, el también socialista Manuel Valls, aseguró que «nadie está por encima de la ley» al ser preguntado por la imputación por corrupción del expresidente Sarkozy, aunque pidió que se respete su presunción de inocencia.
«Los hechos son graves«, declaró el jefe del Gobierno francés en una entrevista en la emisora «BFM TV», donde recordó que la presunción de inocencia «vale para todo el mundo: el expresidente de la República, su abogado o el juez imputado».
«La justicia es independiente y debe reaccionar con independencia y serenidad», agregó Manuel Valls, quien rechazó cualquier intervención del Gobierno en la suerte de Sarkozy, como sugiere la familia política del expresidente.