El petróleo vuelve a ser una pieza clave en los enfrentamientos en Irak. En los años 90, EEUU lanzó su operación Tormenta del Desierto, bajo la presidencia de George Bush, que consistió en ataques aéreos contra las instalaciones militares y tropas de Irak. La respuesta de Saddam Hussein fue misiles e incendios a los pozos ubicados en Kuwait. Veintitrés años después, los yacimientos de petróleo son otra vez el objeto de los ataques y el campo de la batalla que enfrenta a los yihadistas suníes y los chiíes del primer ministro Al Malaki.
El petróleo ha sido pieza clave en los conflictos en Irak. El profesor Juan Aníbal Edgardo sostiene que la tercera guerra del Golfo o la Invasión de Irak por EEUU 2003 desde lo estratégico tuvieron un solo objetivo, El control reservas petroleras del mundo. Según un informe de unos mil documentos publicados en el libro Fuel on Fire del activista Muttitt Greg, revela que el crudo estaba, de hecho, en el epicentro de la invasión liderada por estadounidenses y británicos, a pesar de que ambos gobiernos negasen que el petróleo fuera la razón de la guerra.
Una semana después del lanzamiento de la ofensiva de ISIS sobre la segunda ciudad de Irak, el gobierno Iraquí ha perdido el control de la petrolera de Kirkuk mientras que los yihadistas atacan la principal refinería de petróleo de Biyi.
Las metas de crecimiento petrolero de Irak parecen estar cada vez más en riesgo, según la Agencia Internacional de Energía, debido a que la inestabilidad política y la violencia que origina la avanzada del grupo yihadista Estado Islámico en Irak y el Levante (ISIS), que amenaza los suministros justo cuando la demanda está repuntando por el fortalecimiento de la economía. Irak es el segundo mayor productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y cuenta con las quinta reserva de petróleo del mundo. No obstante, sus ventas desde el norte están interrumpidas desde marzo.
Sube el precio del petróleo
Los precios del petróleo treparon a casi 115 dólares por barril la semana pasada, su nivel más alto desde septiembre, mientras el avance de insurgentes suníes en Irak planteaba preocupaciones sobre posibles interrupciones en más suministros del país. En abril, la producción del país se situaba en 3,3 millones de barriles diario, lo que supone un 4 por ciento de la producción mundial.
Por su parte Alfredo Jalife, apunta que el 70 por ciento de la producción de Irak se localiza en la parte chiíta, la región de Basra desde donde es exportado su petróleo por el golfo Pérsico. Aquí operan BP, Petro China, la china CNPC y Lukoil en los campos súper gigantes de West Qurna uno y dos. Los otros yacimientos se encuentran al norte, principalmente en la región autónoma de Kurdistán, en las cercanías de la ciudad kurda de Kirkuk.
Según Chris Martenson, «el peor escenario es un conflicto regional entre los chiítas de Irán contra los sunnitas de Arabia Saudita en Medio Oriente, que comprometería el transporte en el estrecho de Ormuz», donde cruza «40 por ciento del flujo petrolero global», lo cual elevaría el precio del crudo.
Irak es el segundo productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con 3,4 millones de barriles por día, y tiene el 11% de las reservas del mundo. El país esperaba alcanzar una producción de 8,4 millones de barriles por día a partir de 2018.
Para los expertos, los combates que se viven en Irak amenazan seriamente la seguridad de las inversiones y las perspectivas de crecimiento de su producción petrolera, esencial para la economía mundial.