“Necesitamos armas modernas.” Esta es la frase que más repite el representante del gobierno Kurdo en España, Daban Shadala, durante una entrevista en su residencia. Tras la victoria sobre la ciudad siria de Kobani, situada a escasos kilómetros de frontera de Turquía, los pesgmergas kurdos tienen la moral alta. “Ha sido una victoria muy simbólica porque hemos mostrado a la comunidad internacional que el Estado Islámico puede ser derrotado”.
Tras más de 130 días de asedio por parte del Estado Islámico, las fuerzas recuperaron el control total de la ciudad de Kobane. “Nuestros hermanos y hermanas han luchado mano a mano, cuerpo a cuerpo, casa por casa contra los terroristas de EI y estamos defendiendo nuestra tierra, el Kurdistán”, señala, orgulloso, Shadala.
Los peshmergas, a quienes se conoce como aquellos que se enfrentan a la muerte, en colaboración con los bombardeos de la coalición, lograron detener el avance de los yihadistas tras más de tres meses de combates. “No lo hubiéramos logrado sin las mujeres”. Los combatientes del EI creen que si mueren en batalla irán al paraíso, pero solo si son asesinados por un hombre. “Muchas voluntarias acudieron a luchar”, explica el portavoz de la comunidad kurda en España.
La batalla en Kobane no fue fácil. “En los primeros días de guerra, Estado Islámico avanzó muy rápido porque era una guerra desequilibrada. Contaban con tecnología y armas robadas al ejército iraquí, mientras que las nuestras, eran muy viejas. Nuestros peshmergas solo contaban con armas de corto alcance mientras que EI tenía artillería y tanques.” Por este motivo, la colaboración de la Comunidad Internacional fue esencial para derrotarles. “La comunidad internacional reaccionó. Se dio cuenta de que si no actuaba sería un desastre. Empezaron con los bombardeos y nos reorganizamos”.
No obstante, Daban Shadala insiste en que la guerra todavía no ha terminado. El frente de batalla se sitúa ahora en Irak y los rumores en torno a una intervención en este país suenan con fuerza.
Los kurdos han creado una línea de defensa a 30 km de la ciudad iraquí de Mosul
Los kurdos han creado una línea de defensa sobre el Monte Zartak con fuertes elaborados con sacos de arena y bunkers de hormigón sobre las laderas de las montañas, a solo 30 kilómetros de Mosul, desde donde ondean las banderas kurdas. Preguntado por si veremos una intervención sobre la segunda ciudad más grande de Irak, tomada por los yihadisitas en el mes de junio, Shadala se muestra cauto: “todavía no se ha decidido”.
“Mosul es la segunda ciudad de Irak, controlada por ISIS desde junio. Tiene su gente y estabilidad. Hay grupos que apoyan a los yihadistas, pero la gente vive sin electricidad, ni agua, ni servicios, ni infraestructuras… la situación es realmente mala y la gente es infeliz pero no pueden hacer nada. Será un reto muy difícil liberal Mosul”, describe.
De la hipotética intervención militar de las fuerzas kurdas sobre este territorio, Shadala distingue entre las diferencias territoriales existentes entre Kobane y Mosul. Mientras que la primera, se encuentra en territorio kurdo, la segunda, se asienta sobre zona iraquí por lo que la toma de la ciudad «solo se llevará a cabo en colaboración con el ejército iraquí». Depende del proceso político en el interior de irak. “Tenemos que esperar”, dice “si nuestros peshmergas empiezan a formar parte del ejército de Irak, si recibimos dinero, porque hasta ahora el pueblo kurdo ha pagado todo, quizás nos unamos” a la marcha sobre la ciudad, tomada en junio de 2014 por los yihadistas, subraya.
Relación con el nuevo gobierno de al-Abadi
Durante nuestra conversación, la posibilidad de reclamar un Estado independiente del Kurdistán, como compensación a la intervención militar de los peshmergas en Siria y a la protección de las fronteras iraquíes es un tema recurrente. «La guerra no ha terminado. No podemos ser arrogantes», dice y añade que «como la nación más grande sin Estado independiente, solo queremos materializar los deseos de la gente.»
Daban Shadala distingue entre el nuevo gobierno de Irak, nombrado en septiembre de 2014 y encabezado por Haidar Al-Badi, con el anterior, el de Nuri al-Maliki. «En el gobierno anterior, los kurdos no tenían la sensación de formar parte de Irak. Estábamos aislados y había un embargo en la región. Por eso, en aquella época, el tema de la independencia se exigía con más fuerza. Con este nuevo gobierno, la situación es distinta y le damos la última oportunidad para que los kurdos cuenten con mayor autonomía y formen parte del ejecutivo.»
En la actualidad Irak es un mosaico de etnias. Los árabes representan el 80 por ciento frente al 20 por ciento de los kurdos. Entre los árabes, el 65 por ciento son chiíes y el 35 por ciento, suníes. Tras la caida de Sadam Hussein y la intervención extranjera, Irak se convirtió en un estado fallido. Nuri al-Maliki fue incapaza de tender puentes a todos los grupos y su gestión fue uno de los motivos del ascenso del los yihadistas.
Los peshmergas y las mujeres
Los peshmergas son la fuerza militar kurda. Entrenados en técnicas de guerrilla han recibido apoyo logístico y de entrenamiento de la comunidad internacional. A finales del año pasado, «expertos alemanes, estadounidenses y británicos entrenaron a nuestros peshmergas», reconoce, pero el ideal de un kurdistán independiente es el verdadero aliento de los guerrilleros para enfretarse, cuerpo a cuerpo, a los yihadistas. En la lucha, las mujeres son clave. «Han jugado un papel fundamental en la batalla y esa participación está relacionada sus derechos», apunta.
Precisamente, respecto a la relación de la mujer en la vida pública, Shadala reconoce que «aún queda mucho por hacer», pero teniendo en cuenta que los kurdos son un grupo étnico que vive en Oriente Medio, insiste en que se ha avanzado mucho en sus derechos y que están participando en el proceso político. «Cada generación mejora respecto a la anterior. Vamos por el buen camino», señala.
Dos millones de refugiados kurdos en 26 campamentos
Independientemente de las victorias sobre el terreno, los kurdos se enfrentan a un drama mayor, el de los refugiados. “Tenemos que encargarnos de solucionar nuestra situación y la de nuestra gente, más de 2 millones de personas de los 4,5 que viven en el Kurdistán, son refugiados”. Viven en 26 campamentos en la región en los que conviven asirios, yazidies y cristianos que huyen del horror de Estado Islámico.
El Kurdistán iraquí, ha pasado de ser un destino turístico a refugio de los desplazados por el drama de la guerra. Aunque el petróleo es su principal fuente de riqueza, la región apostaba por el sector turístico antes de que el conflicto estallara. En 2014, la ciudad de Erbil, a 80 kilómetros al norte de Mosul, fue nombrada capital del turismo del mundo árabe. Un impulso truncado por la guerra. El descenso del turismo, la reducción de sus ingresos por la caída del precio de petróleo y el aumento de sus gasto militar está afectando negativamente al tejido económico y empresarial de la región. “Últimamente nos enfrentamos a enormes desastres que están afectando negativamente a nuestra economía y nuestra vida”, concluye.