El super tifón Haiyan, anunciado como el ciclón más violento del año, comenzó a golpear Filipinas este viernes por la mañana provocando inundaciones y destruyendo edificios en regiones del centro del archipiélago. Ya ha dejado al menos tres víctimas mortales y una cuarta estaría por confirmar según ha comunicado el portavoz de la agencia nacional de desastres, Rey Balido. La cifra de muertos podría aumentar a medida que llegan nuevas informaciones de las zonas afectadas.
La luz y las comunicaciones en las tres grandes provincias de Samar, Leyte y Bohol están casi por completo inoperativas, pero el gobierno y las compañías de telefonía se ha comprometido a restaurar el suministro en 24 horas.
El portavoz del Consejo Nacional para la Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres (NDRRMC), Rey Balido, dos personas, una de ellas de 15 años, han muerto electrocutadas en Masbate y Surigao del Sur. La tercera víctima mortal hasta el momento resultó alcanzada por un rayo en la ciudad de Zamboanga.
Además, siete personas han resultado heridas, la mayor parte por la caída de objetos, informó en rueda de prensa Reynaldo Balido, portavoz del organismo filipino. La agencia gubernamental también indicó que unas 125.000 personas o 27.000 familias de 22 provincias filipinas se encuentran alojadas en los 109 centros de evacuación acondicionados por el Gobierno.
Atrapados en los puertos
Los Guardacostas de Filipinas señalaron, por su parte, que unas 3.000 personas se habían quedado atrapadas en varios puertos marítimos de la zona afectada e instaron a todas las embarcaciones a no salir a navegar. Los gobiernos locales de varias provincias suspendieron las clases, mientras la aerolínea filipina Cebu Pacific canceló 122 vuelos nacionales e internacionales.
Además, una agencia meteorológica estadounidense advirtió de que la zona más intensa del tifón Haiyan -la noreste- podía afectar y causar importantes destrozos en la capital del país. El Gobierno filipino anunció el pasado miércoles que se habían distribuido embarcaciones de rescate, ayuda de emergencia y suministros médicos en puntos estratégicas. La temporada de tifones en Filipinas, que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre, atrae todos los años entre 15 y 20 tifones.
El más fuerte del año
Haiyan se encontraba sobre la isla de Samar, a unos 600 km al sudeste de Manila, tras haber tocado tierra en la ciudad costera de Guiuan a las 04H40, hora local, (20H40 GMT del jueves) con vientos de hasta 315 km/h y ráfagas de hasta 380.
El tifón, clasificado en la categoría más elevada, la 5, se dirige a una velocidad de 39 km/h hacia el noroeste y al mar de China Meridional, según Romeo Cajulis de la agencia nacional de meteorología.
La fuerza del viento convierte a Haiyan en uno de los ciclones más fuertes registrados en el mundo y en el más potente en tocar tierra «de la Historia», según Jeff Masters, director de meteorología del Weather Underground basado en Estados Unidos.
Masters indicó que espera que los daños en Guiuan, una localidad de pescadores de unos 40.000 habitantes, sean «catastróficos».
«Quizá el mayor daño causado por el viento que cualquier ciudad de la Tierra haya sufrido por un ciclón tropical en el pasado siglo», escribió Masters en su blog de la web www.wunderground.com.
Las comunicaciones con Guiuan estaban cortadas tras la llegada del tifón y defensa civil indicó que es muy pronto para evaluar los daños.
Pero en la localidad costera de Tacloban, una ciudad cercana a Guiuan de más de 200.000 habitantes, las calles estaban inundadas y varios edificios se derrumbaron, según imágenes de la cadena de televisión ABS-CBN.
Según Masters, el récord del tifón más poderoso que tocó tierra lo poseía el huracán Camille que golpeó Misisipi, en Estados Unidos, con vientos de hasta 305 km/h en 1969.
El presidente filipino, Benigno Aquino, advirtió el jueves a la población que se preparara para la llegada de esta tormenta cuyas rachas de viento alcanzaron picos de hasta 380 km/h en su avance hacia Filipinas.
«A nuestros responsables locales, vuestros residentes se enfrentan a un grave peligro. Hagamos todo lo que podamos mientras que (Haiyan) no ha golpeado todavía el país», declaró Aquino en un discurso transmitido por la televisión nacional.
«Podemos disminuir las consecuencias de este tifón si nos ayudamos unos a otros. Mantengamos la calma, sobre todo cuando compremos productos de primera necesidad y al desplazarnos a lugares seguros».
Aquino advirtió que las zonas expuestas al frente del tifón, de 600 km, sufrirán fuertes inundaciones y vientos devastadores, mientras que las áreas costeras podrían quedar sumergidas por olas de seis metros de altura.
Colegios cerrados y más de 125.000 personas evacuadas
Más de 125.000 personas de las zonas más vulnerables fueron evacuadas antes de la llegada del tifón, según defensa civil. Millones de personas permanecen encerradas en sus casas.
Según las autoridades, se cerraron colegios, los transbordadores fueron suspendidos y los pescadores recibieron la orden de asegurar sus embarcaciones.
El tifón no pasará por Manila, pero la capital de Filipinas podría sentir sus efectos por lo que numerosos colegios cerraron.
Philippine Airlines, Cebu Pacific y otras compañías aéreas anunciaron la suspensión de cientos de vuelos, en su mayoría internos, pero también algunos internacionales.
Cerca de 16 millones de personas, entre ellas 12 millones en Filipinos, se encuentran en la trayectoria del tifón. La tormenta atravesará Laos y Vietnam el domingo.
«Es un tifón muy peligroso. Los responsables locales (en Filipinas) saben cuáles son las zonas más vulnerables y han pedido que sean evacuadas», declaró a la AFP Glaiza Escullar, de la Agencia Nacional de Meteorología.
Además, en su trayectoria casi no hay montañas lo que habría permitido atenuar su fuerza rápidamente, añadió.
En la trayectoria de Haiyan se encuentran regiones muy vulnerables que todavía tratan de recuperarse tras el paso de tormentas y del sismo de magnitud 7,1 ocurrido el mes pasado en la isla de Bohol (centro) en el que 222 personas murieron.
Unos 5.000 supervivientes del terremoto todavía viven en campamentos improvisados y fueron trasladados a colegios que se convirtieron en centros de evacuación.
La isla de Mindanao (sur) también es muy vulnerable. La tormenta Washi dejó en esta zona más de mil muertos en diciembre de 2011 y el tifón Bopha casi 2.000 fallecidos y desaparecidos en 2012.