Christopher Howarth, del think tank Open Europe, considera que los salarios asignados por la Unión Europea son «difícilmente justificables». «Si un estado no puede justificar pagar ese salario a un presidente de gobierno, es difícil ver cómo la Comisión puede justificar pagárselo a 10.000 empleados«, explica, «es sorprendente, además, es algo que la Comisión no afronta».
Unos datos, los desvelados este jueves por The Daily Telegraph, que espera se reflejen en las próximas elecciones europeas «el hecho de que tengan esos salarios muestra la falta de conexión entre los votantes de la Unión Europea, entre sus políticos y ciudadanos, aunque es algo que tendremos que ver», explica el analista.
Acceder a las cifras exactas de los funcionarios es una tarea muy complicada. «Si un miembro del público quiere acceder a los datos, es casi imposible», cuenta.
Y añade que la falta de transparencia es uno de los factores por los que los salarios son tan altos, «hay multitud de factores, pero una de las razones por las que pueden ser tan altos es que no hay transparencia, la Unión Europea no quiere desvelar sus datos. Las únicas cifras que está dispuesta a dar son los salarios base, los más bajos».
Además, añade «cada vez que se estudia cambiar los salarios y beneficios, los trabajadores hacen huelga».
Y no es sólo la falta de transparencia a la hora de revelar los salarios, también ocurre que gran parte de los beneficios de los trabajadores de la Comisión no están en su sueldo bruto: están en los beneficios. «Se esconden los beneficios que reciben en las regulaciones, no se encuentran», explica, «por lo que no se puede hacer responsable a nadie».
Unos datos, que espera, sean tratados por la Comisión «nadie hace nada», cuenta, «pero espero que, con buena fe, en la próxima legislatura se solucione el problema de los sueldos excesivos».