«Quiero que toda la verdad sea desvelada. Rechazo las acusaciones y la imputación. No he estado involucrado en ninguna actividad ilegal», ha dicho Andrew Brunson en la primera vista del proceso, según ha informado el diario local »Hurriyet».
«No he hecho nada contra Turquía. Al contrario, amo Turquía. He estado rezando por Turquía desde hace 25 años», ha dicho el pastor, que se trasladó al país en 1993 y abrió una iglesia en Esmirna en 2010.
La Fiscalía le acusa además de tener lazos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y pide 15 años de cárcel por «cometer crímenes en nombre de organizaciones terroristas sin ser miembro» y otros 20 por «espionaje político o militar».
Así, sostiene que Brunson intentó convertir a kurdos al cristianismo con el objetivo de crear un Estado kurdo para ellos. Brunson, quien lleva encarcelado desde diciembre de 2016, es una de las caras más conocidas de la campaña de arrestos llevada a cabo por las autoridades turcas tras la fallida asonada.
El caso ha deteriorado las relaciones entre Estados Unidos y Turquía, enfrentados por la negativa de Washington a extraditar a Gulen y por el apoyo del país norteamericano a la milicia kurda siria Unidades de Protección Popular (YPG) en su campaña contra Estado Islámico.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, apuntó en 2017 que el destino de Brunson podría estar vinculado con la situación de Gulen, si bien Estados Unidos se ha limitado a decir que procedería a su extradición en caso de que Ankara presente pruebas que sustenten sus acusaciones contra él.