El ayatolá Seyyed Alí Hoseiní Jameneí nació el 17 de julio de 1939 en la ciudad de Mashhad (Irán). Casado y con seis hijos, desciende de una familia clerical originaria de Tafresh y es el segundo de ocho hermanos, dos de los cuales son también ulemas.
Actualmente es líder supremo de Irán, máximo dirigente de la clase dirigente clerical conservadora islámica de su país y «fuente de emulación» (marŷa») del chiismo duodecimano. Jameneí fue presidente de Irán entre 1981 y 1989, y Líder Supremo desde que fuera designado para suceder al ayatolá Jomeini en dicho cargo en junio de 1989. Además, es reconocido como una de las tres figuras que más han marcado la trayectoria de la República Islámica de Irán, siendo las otras dos el propio Jomeini, fundador de la República Islámica, y el ayatolá Akbar Hashemí Rafsanyaní.
En 2010, la revista Forbes lo clasificó como 26ª «persona más poderosa del mundo.
Alí Jameneí ha sido detenido en múltiples ocasiones. La primera de ellas ocurrió el 2 de junio de 1963, y salió libre al día siguiente. El 5 de junio del mismo año fue detenido el ayatolá Jomeini, dando lugar a un multitudinario y cruento movimiento de protesta. Jameneí fue entonces de nuevo arrestado en la ciudad de Biryand, y retenido durante 10 días.
Jameneí ha sido uno de los hombres más poderosos de Irán desde la revolución de 1963 contra el Sha y tras la que los designios del país quedarían en manos de Jomeini. Durante aquellos días fue arrestado en varias ocasiones y, aunque no se ha demostrado, él denunció que fue objeto de torturas.
Víctima de un atentado en 1981 en el que perdió para siempre el uso del brazo derecho, y del que siempre culpó a Estados Unidos, Jameiní juró que acabaría en Irán con «las desviaciones, el liberalismo y el izquierdismo influido por Estados Unidos».
Jameneí siempre ha promulgado su antisemitismo y, sin ir más lejos, el pasado 21 de abril aseguró en un discurso que la República Islámica «arrasará Tel Aviv hasta los cimientos» si Israel ataca Irán.