Las escuelas chinas no dejan de sorprender. Una de ellas ha puesto de moda unos pupitres nuevos que llevan incorporados unas barras que ayudan a los alumnos a prevenir la miopía y a estar mejor sentados.
El director del colegio Zhang Jianming explica que estos bancos con barras de metal ayudan a los estudiantes a formar hábitos adecuados cuando se trata de usar su vista y evitar tener la cabeza muy cerca al leer o escribir, por lo tanto ayudar a prevenir la miopía.
Sólo una clase de dicha escuela está participando en el proyecto piloto, el programa podría ampliarse en el futuro.
El 35% de la población occidental padece miopía (en España y Estados unidos en torno al 25%), mientras que en el país asiático estos niveles se sitúan en un sorprendente 80% de personas afectadas.
Los niños en China estudian 12 horas al día
En China, los niños que van a la academia después de las clases no lo hacen para aprobar una asignatura que se les resiste. En la mayoría de los casos, reciben clases extraescolares para mejorar sus notas y poder aspirar a entrar en una mejor escuela secundaria o universidad. El periodista y escritor Andrés Oppenheimer visitó algunos de estos centros en sus viajes por China, India y Singapur para elaborar el libro ‘¡Basta ya de historias!’ donde analiza modelos educativos de éxito y relaciona una enseñanza de calidad con el progreso económico y social.
El autor constata que los niños chinos estudian hasta 12 horas al día. En el día a día de estos alumnos, la jornada escolar arranca a las 7:30 horas de la mañana y concluye en la escuela a las 3:30 horas de la tarde. Las clases especiales, de refuerzo o para aprender una disciplina extraescolar comienza a las cinco de la tarde y puede alargarse hasta las ocho, nueve o incluso diez de la noche. “Allí estaban los niños, estudiando en sus pupitres, en muchos casos con los mismos uniformes escolares con que habían salido de sus casas al amanecer”.