Escocia podría decidir el futuro de Reino Unido en las próximas elecciones. Durante mucho tiempo, los laboristas británicos contaron con el apoyo del electorado escocés en su camino hacia el número 10 de Downing Street, pero el auge de los nacionalistas complica mucho sus posibilidades de lograr una mayoría absoluta en las elecciones del próximo 7 de mayo.
En las anteriores elecciones, el partido de Miliband ganó 41 de los 59 escaños en Escocia en las elecciones de 2010, pero las encuestas sugieren que la mayoría de ellos pasará ahora al independentista Partido Nacional Escocés (SNP).
Sin Escocia, los laboristas difícilmente ganen más de la mitad de los 650 escaños de la Cámara de los Comunes, y su único consuelo, a la espera de que no se confirmen sus peores expectativas, es que los conservadores del primer ministro David Cameron tampoco parecen poder lograrlo.
El SNP ha extendido su influencia en los últimos años más allá de su base nacionalista, hasta los votantes tradicionales del laborismo, con un mensaje de un mundo más justo, más igualitario, con Escocia haciéndose cargo de sus propios asuntos, y lo ha hecho con un éxito significativo.
El partido ha dirigido el gobierno regional desde su creación en 2007, y en las elecciones parlamentarias escocesas de 2011 ganó con un impresionante 45% de los votos. Aunque perdió, la campaña del «Sí» a la independencia logró una proporción similar de votos, muy superior al tercio históricamente favorable a la independencia, y parece que el entusiasmo se va a traducir en un éxito del SNP el 7 de mayo.
Glasgow ha sido durante mucho tiempo territorio laborista sólido, pero parece que va a perder todos sus escaños ahí salvo uno. Ayuda a la campaña del SNP que los laboristas se unieron a los conservadores en contra de la independencia, y que los conservadores son profundamente impopulares en Escocia.
La oleada SNP no significa que el líder laborista Ed Miliband no tenga posibilidades de convertirse en primer ministro ya que las dos partes comparten algunas propuestas, como aumentar el tipo máximo del impuesto sobre la renta y el salario mínimo, y oponerse al referéndum que David Cameron ha prometido sobre la pertenencia a la Unión Europea de Gran Bretaña
Mientras que una coalición formal es muy poco probable, el SNP ha dicho que no tendría problemas en apoyar a un gobierno laborista en minoría, con tal de privar del gobierno a los conservadores.
La SNP tiende su mano a Reino Unido
Por lo que puedan decidir las urnas, la líder del SNP, Nicola Sturgeon, ya oofrece a Reino Unido “la mano de la amistad”. La líder del SNP Nicola Sturgeon dijo que su objetivo es crear “alianzas” para lograr cambios “positivos, progresistas y sensatos” que beneficien a todas las naciones del país: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
Sturgeon defendió que apoyará una alianza “progresista” que ayude a invertir más fondos en los servicios públicos. También reiteró su oposición a la renovación del programa de misiles nucleares británicos conocido como Trident, que debe quedar fuera de servicio en 2020 pero que los tories quieren renovar. A cambio, que será utilizado para mejorar la sanidad pública y la educación y conseguir que el Reino Unido tenga una “economía fuerte” y una “sociedad más justa”.
Sturgeon resaltó que siempre apoyará el objetivo de conseguir la independencia de Escocia, pero dejó claro que lo que está en juego en estas elecciones es el bienestar de todo el país. “Si el SNP tiene una posición de influencia tras estas elecciones, vamos a ejercer esa influencia de manera responsable y constructiva, y siempre vamos a ejercerla para interés no solo de Escocia sino de todo el Reino Unido”, resaltó Sturgeon.