Los desastres naturales dejaron sin hogar y sin medios de vida a alrededor de 32,4 millones de personas durante el año pasado. Son desplazados de hasta 82 países, que tuvieron que abandonar sus casas o se quedaron sin ellas tras sobrevivir a catástrofes de la naturaleza, desde inundaciones, a ciclones, terremotos, tsunamis, huracanes, periodos de sequía...Según un informe publicado por el Centro Internacional de Control de Desplazamientos (IDMC), en 2012 casi se duplicó la población forzada a huir y refugiarse en campamentos o en familias de acogidas por estos motivos.
Las inundaciones de Nigeria y de la India fueron las peores catástrofes, ya que desplazaron a unos 13,2 millones de personas, el 41% del total.
Los fenómenos de la naturaleza han causado en cuatro años, de 2008 a 2012, casi 150 millones de desplazados, lo cual, revela la dimensión de una catástrofe por el clima o las condiciones geológicas.
El informe llama la atención por la dimensión humana y porque hay millones de desplazados que viven fuera, en campos de refugiados, durante mucho tiempo.
Asia volvió a ser el continente más castigado. Unas 22,2 millones de personas perdieron su forma de vida y hay cinco países que siguen estando muy afectados por los desastres naturales: China, India, Filipinas, Pakistán y Nigeria.
En África las inundaciones afectaron a 8,2 millones de ciudadanos, sobre todo de Nigeria. Hubo también un gran volumen de desplazamientos en Níger, Chad y Sudán del Sur, países en los que la crisis alimentaria deja a mucha publación en una situación muy vulnerable.
En América hubo 1,8 millones de desplazados, sobre todo por el huracán Sandy, que afectó a la costa este de EEUU, y las inundaciones de La Niña que sacudieron parte de Colombia y Perú.
En el documento se relaciona el riesgo de desplazamiento y la vulnerabilidad de la población con el nivel de pobreza. Países muy pobres como Chad y Haití han desplazado a millones de personas. El informe señala las condiciones que elevan los riesgos ante desastres naturales zonas densamente pobladas en áreas urbanas que han crecido muy rápido; urbanizaciones sin control y asentamientos de infraviviendas, y regiones salpicadas ya por fenómenos naturales a las que la población regresa sin medios de seguridad.
El informe advierte de que el riesgo de desplazamiento va a aumentar porque al mismo tiempo se incrementa el peligro de desastres naturales.