“Quien fuere capaz de resolver los problemas del agua, será merecedor de dos premios Nóbel, uno por la paz y otro por la ciencia”. Así se refirió el presidente de EEUU John F. Kennedy, hace cincuenta años, a la amenaza para la paz y la seguridad internacional que supondría la «guerra» por el agua. Su vaticinio parece que se cumple. Ni los recursos, ni la religión, ni el territorio…En 2025, uno de los retos será evitar que las naciones se enfrente por la gestión de los recursos, especialmente aquellas zonas que comparten recursos fluviales. Según la ONU, existen 300 zonas en el mundo en discordia a causa del agua.
El hidrólogo Carlos A. Fernández expone en «El agua como fuente de conflicto» recoge las regiones en las que la falta de agua se ha convertido en la causa de un conflicto:
El conflicto entre Israel y Palestina:
El problema del agua es uno de los factores más importantes que inciden en el conflicto entre Israel y Palestina. El estado judío necesita controlar las fuentes de abastecimiento del río Jordán y los acuíferos de las localidades de Gaza y Cisjordania dada las escasas precipitaciones en la región. La política hídrica de este país es uno de los asuntos geoestratégicos fundamentales para su subsistencia. En 1967, después de la ocupación total de Cisjordania y la Franja de Gaza, Israel declaró de su propiedad todos los recursos hídricos. Los palestinos tienen que obtener una licencia del ejército israelí antes de desarrollar cualquier infraestructura hídrica en su tierra.
Conflicto a lo largo de Tigris y Eufrates:
Turquía, Siria e Irak mantienen disputas en torno a las cuencas de estos ríos. La gran potencia hídrica es Turquía. La presa de Ataturk, uno de los embalses más grandes del mundo, permite al país producir una gran cantidad de energía. Sin embargo, esta obra ha sido foco de conflicto con Siria e Irak, debido a la disminución del caudal que la obra supone.
La cuenca del río Zambeze
La cuenca del río Zambeze, ubicado en el sur del continente africano es otro de los focos de disputa. Los países que componen esta cuenca compiten por sus aguas y ha sido origen de graves conflictos. En marzo de 2000, estuvo a punto de provocar una guerra entre Mozambique y Zimbabue.
El Nilo, foco de conflicto
En Egipto, la principal fuente de agua es el Nilo, que fluye desde Etiopía y también baña parte del territorio de Sudán. Alrededor del 2 % del territorio egipcio es árido, por eso el histórico río ha aportado la fertilidad del suelo el consiguiente florecimiento de una de las civilizaciones culturalmente más ricas de la historia. Egipto ha mantenido una doble estrategia con Sudán, el país por donde ingresa el Nilo a su territorio. La cooperación se basó en la construcción de canales y presas para planificar y repartirse el caudal de río. Pero Sudán no ha terminado alguno de los proyectos, lo que produce perjuicios a Egipto, que además amenazó a su vecino del sur militarmente si no recibía la cantidad de agua acordada. Por otro lado, Egipto y Sudán dejaron de lado a los países en donde el Nilo se inicia. Por ejemplo, Etiopía está bajo la amenaza constante de sus vecinos para construir embalses para regular el agua que la agricultura requiere. Si se construyeran los proyectos que Etiopía necesita para su desarrollo, tanto Sudán como Egipto verían limitado el caudal que reciben del Nilo. El conflicto en la región ya ha empezado. Etiopía planea construir una presa que servirá para alimentar el generador de una instalación eléctrica.El clima desértico y la falta de lluvias hacen que la población local sea completamente dependiente de las aguas subterráneas y de los ríos.
África Occidental
Los enormes ríos de África Occidental empiezan a perder caudal y como consecuencia los países ribereños ya han entrado en crisis. La presa de Akosombo en el río Volta creó el lago artificial más grande del mundo y proporcionó la electricidad para dar energía. Sin embargo, la tierra ahora sepultada debajo del lago y la labor agrícola intensiva ha agotado los suelos. Más de 88.000 personas han sido reubicadas por la fuerza y han perdido sus principales actividades económicas; la pesca y la agricultura, y la pérdida de sus hogares.
La escasez de agua desata guerras interétnicas en Mali. A la inestabilidad política se suma la lucha por el acceso al agua. La población depende del río Níger, para su alimentación y transporte pero está al borde de una catástrofe ambiental.
En Nigeria, la mitad de la población no tiene acceso al agua potable y, como en muchas partes del continente, muchas mujeres deben caminar viarias horas diariamente para poder conseguirla.
China
Los tres ríos que alimentan el sur de China están altamente contaminados, causando perjuicios a la salud y limitando la irrigación de cultivos. El norte de China alberga a las dos terceras partes de los campos de cultivo del país, pero sólo la quinta parte de sus recursos hídricos. A medida que aumenta en forma desmesurada la demanda de agua por parte de las ciudades, la industria y la agricultura, la tierra se está secando. Sólo entre 1991 y 1996 las reservas de agua subterránea en el norte de China disminuyeron en un promedio de 1,5 metros por año.
Latinoamericana
La escasez de agua ha generado tensiones entre Bolivia y Chile por un pequeño curso de agua conocido como el Silala. La región también es muy frágil y afronta serios problemas de desertización causada por varios factores, entre ellos el sobrepastoreo y la agricultura intensiva. Esta situación ha hecho que la pobreza esté extendida en la zona y sea foco de constantes problemas sociales. Bolivia ha tratado de establecer una ley de aguas para el adecuado uso de este recurso.
Acuifero Guarani: El acuífero Guaraní es considerado la tercera mayor reserva mundial de agua dulce, con una extensión de un millón 175 mil kilómetros cúbicos. Tan jugosos reserva de agua es también un potencial foco de conflicto entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
India
El río Kaveri es uno de los grandes ríos de India que desagua en el golfo de Bengala, considerado uno de los siete ríos sagrados por los hindúes. Tiene una longitud de unos 800 km y drena una cuenca de 81 155 km², mayor que países como la República Checa, Serbia o Panamá. Los desplazamientos internos como consecuencia de estos conflictos pueden provocar enfrentamientos y choques culturales. Al mismo tiempo, los países limítrofes tratan de impedir estos inmigración.