Los fabricantes de drones han visto cómo sus ventas se disparaban gracias a la estrategia puesta en marcha por la CIA en países como Afganistán, Pakistán o Yemen donde están utilizándolos para matar a sospechosos implicados en acciones terroristas. Estas actividades habrían generado a los fabricantes un beneficio de 5.000 millones de dólares. Sin embargo este monto podría duplicarse en la próxima década gracias al uso civil de estos aviones no tripulados.
Según recoge el diario Financial Times, se integrarán las reglas del uso de drones dentro del espacio aéreo comercial para 2015. Los fabricantes ya se frotan las manos. Según el grupo especializado en tecnología aeroespacial y defensa, Teal Group, el uso civil de los aviones no tripulados generará un impacto económico que podría alcanzar los 11.600 millones de dólares en 2023.
Aunque todavía no está regulada esta industria son varios los fines comerciales que plantea, desde repartir comida a domicilio hasta vigilar bosques, evitar incendios o estudiar huracanes. Sin embargo, no todo son ventajas o beneficios, cada vez son más las voces que advierten de la pérdida de privacidad.
El diario recoge las declaraciones de la Unión de Libertades Civiles de los Estadounidenses que subraya que el uso de los drones se enfrenta a las mismas batallas políticas que las actividades de la NSA. “ Si las políticas de privacidad se acuerdan entre todas las partes implicadas veremos que existen muchos sectores en los que se puede aplicar esta tecnología”.
Por su parte, el gobernador Dakota del Norte, una de las primeras ciudades estadounidenses que está regulando estas actividades lo tiene claro. “el uso civil de los drones tiene muchas ventajas pero es esencial debatir los aspectos sobre privacidad antes de desarrollarlo”.