El presidente de Yemen, Abd Rabo Mansur Hadi, condenó los atentados suicida que dejaron 142 muertos en a capital Saná, y afirmó que buscan sumir al país «en el caos».
Cuatro atentados suicidas fueron lanzados contra dos mezquitas frecuentadas por fieles chiitas, entre ellos los hutíes, las milicias que se han apoderado desde principios de año de Saná.
Los ataques fueron reivindicados por el grupo yihadista sunita Estado Islámico (EI).
Hadi, refugiado en Adén, la gran ciudad del sur, tras haber huido en febrero de Saná donde los hutíes le impusieron un arresto domiciliario, denunció estos ataques «terroristas y cobardes» en una carta dirigida a las familias de las víctimas.
«Tales ataques llenos de odio sólo pueden haber sido cometidos por los enemigos de la vida», que quieren sumir a Yemen en «el caos, la violencia y las luchas intestinas», indica en la carta publicada el viernes por la noche por su oficina.
«El extremismo chiita, representado por la milicia hutí, y el extremismo sunita, representado por Al Qaida, son dos caras de una misma moneda, que no desean ni el bien ni la estabilidad de Yemen y de su pueblo», añade.
Al Qaida, que lucha contra las fuerzas gubernamentales pero también contra las milicias hutíes, afirmó el viernes que no atacaba mezquitas.