Samantha Cristoforetti se ha convertido en la primera mujer astronauta italiana en volar al espacio, marcando un hito indeleble en la historia de la exploración europea, y por supuesto en su país. Nacida en Milán el 26 de abril de 1977, a esta joven italiana nadie ha regalado nada para que haya logrado estar hoy día en la Estación Espacial Internacional.
La joven terminó la Escuela Secundaria en Trento, en 1996, y en 2001, se graduó en ingeniería por la Technische Universität Munich (Alemania). Ya enfocada a mirar a las estrellas, Sam -como la llaman los que la conocen- asistió cuatro meses a la Ecole Nationale Supérieure de l’Aéronautique et de l’Espace in Toulouse (Francia), en el marco del programa Erasmus.
Después, durante diez meses, estudió en la Mendeleev University of Chemical Technologies, en Moscú (Rusia), donde realizó la investigación para su tesis doctoral. Para cerrar su acercamiento al espacio, obtuvo otra diplomatura en ciencias aeronáuticas en la Univesità Federico II de Nápoles, Italia, en 2005.
Piloto de combate
Como es habitual, el camino de Cristoforetti hasta ser astronauta pasó por los mandos de un avión de combate. Desde 2001 a 2005, la joven italiana asistió a la Academia de la Fuerza Aérea Italiana, en Pozzuoli, donde se graduó como líder de clase y recibió la Spada d»Onore al mejor rendimiento académico.
De 2005 a 2006 realizó un período de entrenamiento en la Sheppard Air Force Base en Texas, en Estados Unidos, y en 2007 fue asignada al 212 Escuadrón, Ala 61 de Entrenamiento de Vuelo en Otranto, Italia, donde completó su formación en fundamentos de combate aéreo.
Ya en 2008, Cristoforetti se incorporó al 101 Escuadrón, Ala 32 de Bombarderos con sede en Foggia, donde siguió el entrenamiento. Finalmente se convirtió en piloto de combate y actualmente ostenta el rango de capitán de la Fuerza Aérea Italiana. Ha acumulado más de 500 horas de vuelo en seis tipos de aviones militares, y recibió el título de vuelo »Best Wingman» durante la fase de entrenamiento con el T-38.
Salto a las estrellas
La primera italiana en el espacio fue fichada por la Agencia Espacial Europea (ESA) en septiembre de 2009, y en noviembre de 2010 ya había completado con éxito la formación básica como astronauta.
Valorando su preparación, en 2011 fue asignada para el entrenamiento como astronauta reserva y después completó su formación para el uso de los sistemas de la ISS, los paseos espaciales y para el puesto del primer ingeniero de vuelo en la nave espacial Soyuz.
Una vez completó todo el proceso, en julio de 2012 fue asignada a la misión Futura de la Agencia Espacial Italiana (ASI) a bordo de la Estación Espacial Internacional. Cuando no está entrenando en Estados Unidos, Rusia, Canadá o Japón, Cristoforetti tiene su base en el Centro Europeo de Astronautas (EAC) en Colonia, Alemania.
Como buena astronauta, Sam no oculta su espectacular capacidad física como amante del buceo, la espeleología, la natación, el senderismo, las carreras, las pesas y el yoga.