Ucrania usó bombas de racimo en la ciudad de Donetsk. Según un informe, el ejército del país, que durante este verano entró en conflicto abierto con las milicias prorusas que buscaban la independencia del este del país, usó las armas, prohibidas en medio mundo, contra la población de la ciudad, que en tiempos de paz tiene alrededor de un millón de habitantes.
El informe recoge testimonios de víctimas y testigos, además de las pruebas físicas del uso de estas bombas, también conocidas como »bombas clúster». La munición se abre dejando caer cientos pequeñas bombas de alto poder explosivo, antipista, antipersona, perforantes o incendiarias.
Según publica en New York Times, los efectos del uso de estas bombas es evidente en la región, y en la zona ocupada por los soldados ucranianos los ciudadanos de la ciudad encontraron restos sin explosionar de este tipo de armamento. Los ataques fueron perpetrados a comienzos del mes de octubre, y al menos seis personas fueron heridas. Además, mataron a un trabajador suizo de la Cruz Roja. Un informe publicado por la ONG Human Rights Watch asegura que los prorusos también hicieron uso de estas armas, pero el diario neoyorkino no ha podido verificar este hecho.
No sólo se usaron en Donetsk, sino que HRW asegura que fueron varias las localidades en las que se usaron las municiones prohibidas, que podrían dificultar aún más el frágil proceso de paz entre ambos bandos del conflicto. 114 países del mundo han condenado el uso de estas armas. Ucrania no lo ha hecho. Los ataques en los que se usaron estas armas ocurrieron un mes después de que se alcanzara un acuerdo de paz entre ambos bandos.