Ladislaus Csizsik-Csatary era comandante de la policía nazi en Hungría al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Su labor, limpiar el gueto judío de Kassa (situado a día de hoy en Checoslovaquia). Desde allí, envió a la muerte a 15.700 judíos cuyo destino fue el campo de concentración de Auschwitz. Ahora, a sus 97 años, el criminal nazi más buscado ha sido »cazado» en la misma Hungría por el diario británico »The Sun».
Tras la victoria aliada, Csatary huyó en secreto de Kassa y fue condenado a muerte por crímenes de guerra en ausencia en 1948. Estuvo viviendo en Montreal y Toronto (Canadá) con una identidad falsa, fingiendo que era icomerciante de arte.
En 1995, las autoridades canadienses descubrieron su falsa identidad y huyó a Hungría, no sin antes reconocer, ante los investiagores canadienses, su participación «limitada» en la deportación de judíos.
Los reporteros de »The Sun» le encontraron en un pequeño apartamento de dos habitaciones en Budapest. Al abrir la puerta dijo llamarse Smith. «Yo no he hecho nada, idos de aquí», señaló el responsable del holocausto judío cerrando la puerta en las narices de los periodistas.
Para sus vecinos en Budapest, que ignoraban su pasado, Csatary era un anciano corriente. «No venía a las reuniones de copropietarios, pero pagaba siempre los gastos«, señala Vasarhelyi, un ex propietario del edificio.
El tabloide británico publica ahora en exclusiva varias fotografías del que fuera comandante nazi, cuya identidad pudieron corroborar en el buzón de su casa. De vuelta en al lugar de sus crímenes, Csatary no se preocupó ni siquiera de utilizar un nombre falso.
En abril, el Centro Simon Wiesenthal, nombre del célebre perseguidor de nazis, un judío austríaco que falleció en 2005 y cuyas investigaciones en el mundo entero permitieron encontrar decenas de criminales nazis, puso a Csatary en el primer lugar de la lista de los criminales de guerra nazis más buscados del mundo.
Era conocido por su sadismo
Sin embargo y gracias a la colaboración del Centro Simon Wiesenthal, »The Sun» relata sus horrores. Csatary trataba a los judíos del gueto con gran crueldad. Se deleitaba golpeando salvajamente a las mujeres con un látigo, que llevaba siempre en su cinturón, de acuerdo a los documentos descubiertos.
Además, obligaba a los judíos a cavar zanjas en el suelo congelado con sus propias manos o los forzaba a mantenerse en posiciones de estrés, entre otras torturas. Su política era clara: disparar si intentaban escapar.
«Era conocido por su sadismo y por su deseo expreso de apresar a todos los judíos para deportarlos a Polonia», sentencia el director del Centro Simon Wiesenhal, Efraim Zuroff.
Zuroff se mostró sin embargo muy crítico sobre la justicia húngara a la que el centro le transmitió informaciones sobre Csatary desde hace más de diez meses. «No pasó nada y estoy muy frustrado. Con la edad de Csatary, la salud puede degradarse de un día para el otro. Hay que actuar rápido», dijo.
«El tiempo que pasa no disminuye en nada su culpabilidad y la vejez no debe constituir una protección para los autores del holocausto» judío, continuó.
Francia exige que se le juzgue
En esta misma línea, un portavoz del ministerio francés de Relaciones Exteriores ha declarao que esperan que Csatary responda ante la justicia. «Los crímenes de los nazis no prescriben. Consideramos que los criminales nazis, estén donde estén, tienen que responder de sus actos anta la justicia», declaró el portavoz Bernard Valero en una conferencia de prensa.
«El fiscal general de Budapest indicó que la justicia examinará los hechos. Es responsabilidad de las autoridades húngaras hacer un seguimiento apropiado del asunto«, añadió.