El presidente de EEUU, Barack Obama, podría estar en un aprieto en junio, si finalmente el Supremo falla a favor de la polémica ley de inmigración de Arizona, impulsada por los republicanos, que él recurrió por considerarla inconstitucional. Según publica el diario »USA TODAY», el tribunal ha mostrado una posición contraria a la tesis defendida por la administración del presidente, que recurrió la norma.
Si el Supremo respalda la norma, que criminaliza la entrada de inmigrantes en este estado, Obama podría pagar un coste electoral, ya que su reelección depende mucho del voto latino. El fallo sobre esta ley se conocerá en junio, un mes que el presidente tendrá señalado en su calendario, ya que también se conocerá la decisión del Supremo sobre la reforma sanitaria que él ha impulsado.
En el debate de la ley, uno de los magistrados del tribunal señaló que parece que el gobierno federal no quiere saber qué inmigrante está en una situación irregular, y cuál no.
El Gobierno de EEUU intenta convencer a la corte de que Arizona no tiene el derecho constitucional de aplicar una ley de control de inmigrantes. La norma, aprobada por el gobierno republicano en este estado en 2010, tiene como objetivo expulsar a los inmigrantes sin permiso de residencia y que los policías comprueben el estatus migratorio de cualquier persona ante la mera sospecha.
Mientras en el Supremo está el debate, las calles de Phoenix son el escenario de las protestas. Cientos de personas se manifestaron ayer en el centro de de la ciudad para instar al Supremo a que bloquee la ley. Los manifestantes, que gritaban «¡No hay justicia, ni paz, no a la Policía racista», llegaron hasta varias oficinas policiales. Piden que revoque una ley que el presidente Obama rechaza.