«Condeno firmemente estas escandalosas ejecuciones en masa en seis ciudades de Arabia Saudí a pesar de las graves preocupaciones elevadas sobre los casos por parte de numerosos relatores de la ONU, el Comité de los Derechos del Niño y otros», ha dicho.
Así, ha resaltado que es «particularmente aberrante que al menos tres de los ejecutados fueran menores en el momento de su sentencia», al tiempo que ha pedido a las autoridades saudíes que «revisen inmediatamente su legislación antiterrorista y enmienda la ley para prohibir expresamente la aplicación de la pena de muerte contra menores».
Bachelet ha expresado además su preocupación por la situación de otros condenados que permanecen en el corredor de la muerte y ha reclamado a Riad «que detengan las ejecuciones y colaboren de forma constructiva con la oficina de la ONU para los Derechos Humanos y los expertos independientes sobre las muchas preocupaciones relativas a la aplicación de la pena de muerte en el país».
A las condenas se ha sumado la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW), que ha destacado que 33 de los 37 ejecutados eran miembros de la comunidad chií condenados por diversos crímenes, entre ellos delitos relacionados con protestas en las que participaron.
En este sentido, ha manifestado que 25 de los 37 ejecutados fueron sentenciados en dos juicios masivos, conocidos como el ‘caso Qatif 24’ y el ‘caso de espionaje de Irán’, en los que las autoridades habrían obtenido confesiones bajo torturas.
HRW ha denunciado además que uno de los ejecutados fue posteriormente crucificado y ha indicado que en lo que va de año ya han sido ajusticiadas más de un centenar de personas en el país asiático.
«Las autoridades presentarán inevitablemente a los ejecutados como terroristas y criminales peligrosos, pero la realidad es que los tribunales saudíes carecen en general del respeto al debido proceso y muchos de los ejecutados fueron condenados sólo por confesiones que denuncian de forma creíble que fueron extraídas bajo coacción», ha dicho Michael Page, subdirector de HRW para Orietne Próximo.
«La pena de muerte nunca es la respuesta a los crímenes y ejecutar a prisioneros en masa muestra que la actual cúpulsa saudí tiene poco interés en mejorar el lúgubre historial de Derechos Humanos que tiene», ha zanjado.