“Lo que no se escucha, no existe, por eso este proyecto pretende visibilizar la situación de los campamentos de refugiados” dice la asociación ‘Un Micro para el Sahara’ en su carta de presentación. Una agrupación de jóvenes periodistas, con orígenes compartidos en la radio, que ha viajado durante diez días a los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, en Argelia, para dar voz a las miles de historias escondidas en aquellos lugares donde el micrófono no suele viajar.
Jóvenes periodistas con intención de llevar la radio a una realidad que durante muchos años ha estado silenciada. Según ACNUR, más de 200.000 refugiados sobreviven gracias a la ayuda internacional y a las asociaciones que colaboran directamente con los campos.
“Esta iniciativa surge una de nuestras compañeras, que es saharaui. Siempre nos contaba que teníamos que ir, que lo que veríamos allí no se nos olvidaría nunca” explica Marta Curiel desde el campo en el que se han alojado durante su estancia en el Sahara. Un lugar que en el imaginario colectivo se sitúa en un espacio lejano y difícil pero al que “no ha sido complicado acceder” aunque sí se ha necesitado “una larga preparación”.
Una aventura que ha durado casi dos semanas donde el objetivo se mantenía muy claro desde el primer día: “Desde Madrid nos trajimos tres objetivos. El primordial era hacer real nuestro lema: lo que no se escucha, no existe. Por eso hemos hecho una gran campaña de difusión y comunicación tanto en medios como en redes sociales. Además estamos llevando a cabo el rodaje de piezas audiovisuales así como un documental radiofónico”.
Historias que se han contado en Radio Nacional con voces como la de Ángel Carmona o Antonio Vicente, que han hecho su programa desde el campamento donde han vivido estos días y les han acompañado en esta aventura.
“Gente optimista y luchadora”
“Nos hemos encontrado con gente muy optimista y luchadora. Parece un tópico decir que allí son felices pero no lo es. Se conforman con poco y son pacientes” explica Curiel a Teinteresa.es. Desde el año 1975 los refugiados saharauis viven en una zona inhóspita donde las temperaturas son completamente extremas.
Escasean los recursos más básicos, desde la electricidad hasta el agua, teniendo que vivir en endebles jaimas que se enfrentan a las condiciones climatológicas más perversas. “Creen que algún día su injusta situación se resolverá y podrán disponer de un territorio que les pertenece. Hasta que eso ocurra, luchan diariamente por lo que les pertenece” sentencia la portavoz del proyecto.
Perfiles completamente diferentes con los que el equipo ha puesto en marcha talleres radiofónicos o charlas con expertos en la materia. “En nuestros talleres civiles nos hemos encontrado desde especialistas en cine o trabajadoras sociales hasta ingenieros técnicos o de sonido. Todo el mundo lo da todo a pesar de no tener nada. Han sido generosos y pacientes”.
El equipo ya está en Madrid preparado para gestionar todo lo vivido y para comenzar nuevas aventuras. “Es tiempo de montar nuestro material, seguid difundiendo la cultura y la lucha de este pueblo al que se lo han robado todo y empezar a preparar la segunda edición de ‘Un Micro para el Sahara’. El presidente de la RASD ya nos ha invitado personalmente. Esta vez, a los territorios liberados…”.