Nepal lleva tiempo esperando «uno grande». Así lo explicaron los más de 50 expertos reunidos la semana pasada en Katmandú, donde se celebró un seminario sobre cómo responder a un desastre natural. Sin embargo, los científicos no sabían lo cerca que estaban de que sucediese.
La combinación de una alta densidad de población y la precariedad de las viviendas, son los dos motivos por los que los científicos dieron la voz de alarma la semana pasada.
«Son las viviendas, las que matan a la personas no los terremotos», asegura James George, científico de Universidad de Cambridge y miembro de Terremotos Sin Fronteras, en declaraciones al diario británico The Telegraph.
La ONG californiana Geohazards International, que promueve proyectos para reducir el impacto de catástrofes naturales en países pobres, ya había avisado de que, cada más o menos 75 años, el Valle de Katmandú es escenario de un terremoto intenso.
La organización indicó en un informe que, «con un crecimiento de población del 6,5 por ciento anual, el Valle de Katmandú es uno de los de mayor densidad poblacional del mundo y los 1,5 millones de personas que ahí viven se enfrentan a un grave riesgo sísmico».
Además, apuntaron que «una persona que vive en Katmandú tiene 60 posibilidades más de morir que otra persona en Tokyo», señala el informe.
Nepal es uno de los países más vulnerables a los desastres naturales
No solo las ONG alertaron sobre el riesgo de la población, el ministro de Exteriores nepalí, Mahendra Bahadur Pandey, advirtió en 2011 de manera premonitoria: «Nepal sigue siendo uno de los países del mundo más vulnerables se estima que la pérdida de vidas en el Valle de Katmandú sería catastrófica si ocurre un gran terremoto».
A pesar de los esfuerzos del gobierno nepalí por mejorar la calidad de la construcciones y por poner en marcha medidas de protección ante terremotos, la corrupción y la pobreza han retrasado su implementación, según los expertos.
Precisamnte, las construcciones, no preparadas para resistir fuerte seísmos, han contribuido en gran medida al alto número de víctimas por un temblor de una magnitud desconocida en la zona desde 1934, cuando un seísmo de 8,1 grados acabó con la vida de más de 19.000 personas.
Por el momento, el número de víctimas mortales supera las 3.700 persona, la mayoría en las faldas de las montañas del Himalaya de Nepal, pero en India o Tíbet.
El Valle de Katmandú es una zona de alto riesgo sísmico, donde se unen la placa india con Asia para crear, tras millones de años de lento avance, la cordillera más alta del planeta.