El ejército egipcio, en el poder desde la renuncia de Hosni Mubarak hace un año y muy criticado por su gestión de la transición, advirtió este viernes que no cederá a las «amenazas» ni a las «presiones» y afirmó que el país es víctima de «complots».
«Nunca cederemos a las amenazas ni a las presiones», afirmó el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) en un comunicado difundido por la televisión estatal.
«Estamos enfrentando complots contra la nación (…) que buscan hacer caer al Estado para que reine el caos», agregó la nota.
Estas declaraciones se producen cuando los opositores lanzaron un llamado a la «desobediencia civil» y convocaron huelgas para el sábado, coincidiendo con el primer aniversario de la caída de Mubarak, forzado a dimitir el 11 de febrero de 2011 como consecuencia de la presión popular, y de la llegada al poder de los militares.
«Les decimos francamente que nuestro querido Egipto hace frente a planes cuyo objetivo es atacar el corazón de nuestra revolución», agregó el texto.