«Corea del Norte también es un país participante y le debemos un respeto, tal y como respetamos al resto de países», ha explicado un alto cargo de la Casa Azul a la agencia de noticias Yonhap.
Los comentarios de Seúl han tenido lugar un día después de que un grupo de activistas protestaran contra la llegada de la delegación norcoreana a la ciudad de Gangneung, a unos 240 kilómetros de la capital surcoreana.
Los manifestantes han insistido en que los Juegos Olímpicos, previstos para febrero, se están convirtiendo en un evento para ayudar a Corea del Norte a ganar reconocimiento a nivel global como potencia nuclear. En este sentido, han quemado una fotografía del líder norcoreano, Kim Jong Un, así como una bandera del país.
Las autoridades de Corea del Norte, por su parte, han señalado que las protestas constituyen una «atrocidad imperdonable». «Si estos traidores y psicópatas pueden campar a sus anchas, la reconciliación nacional y la reunificación de un país se alargará considerablemente», ha indicado en un comunicado el Frente Democrático para la Reunificación de Corea.