Algunas personas se convierten en héroes al protagonizar gustosas alguna hazaña extraordinaria; otras comienzan a realizar heroicidades porque alguien se cruza en su camino para impedirles vivir la vida cotidiana a la que estaban destinadas. Berta Soler, portavoz de las Damas de Blanco, probablemente pertenezca a este segundo tipo de gente. En cualquier caso, nadie le negará a esta mujer su condición de heroína, porque hay que serlo, y no en pequeño grado, para plantarse frente a más de medio siglo de totalitarismo con el único arma de unos gladiolos -flor que vive todo el año y rebrota siempre- para decirle alto y claro a los hermanos Castro que no, que el hambre, la corrupción y el miedo que reinan dentro de la isla no son algo en absoluto normal.
Las Damas de Blanco están pinchando en hueso con su labor de denuncia. Buena prueba de ello es el intento de boicot con el que un grupo de exaltados, simpatizantes de la dictadura comunista cubana, trataron de torpedear la primera conferencia de Berta Soler en suelo español. Tras ser desalojados por agentes de la Policía, Esperanza Aguirre, presente junto a Soler en la mesa de conferenciantes, comentó así la jugada: «Estoy muy contenta de que la embajada de Cuba haya enviado a sus hombres a este acto y de que hayan podido expresarse aquí, cosa que las Damas de Blanco no pueden hacer en la isla porque el régimen y la tiranía de los hermanos Castro, que se prolonga ya durante 54 años, se lo impide«.
Dicen que los que desembarcan en Normandía luego no desfilan en París. Ojala que algún día las Damas de Blanco puedan desfilar en París y, sobretodo, en La Habana. A la espera de que esto suceda, Teinteresa ha querido hablar con Berta Soler para conocer de primera mano como es la vida bajo la dictadura de los Castro.
– ¿Qué impresión le ha producido este acto de sabotaje que acabamos de vivir tras su conferencia?
– Esto que acaba de suceder, en una democracia, en una país donde existen libertades, es normal. Uno puede acoger a una persona o no acogerla. Por eso es que la Damas de Blanco estamos aquí a fuera, para pedir justamente este derecho para los cubanos.
– Los actos a los que acude Yoani Sánchez también suelen tener boicoteadores filocastristas.
– Con Yoani me llevo muy, muy bien. Soy muy de ir a su casa y ella a la mía también. Las relaciones son buenas y a nosotras no nos va a frenar.
Nosotras estamos saliendo al extranjero, a países donde hay democracia y libertad, para que le gente vea de primera mano la realidad del pueblo de Cuba. El gobierno puede hacer un acto de repudio o boicotearnos.
Nosotras vamos a continuar nuestra lucha pacífica, abogando por la libertad de los presos políticos y el respeto a los Derechos Humanos. Esto es lo principal. Denunciaremos al gobierno cubano y demandaremos que los gobiernos sean fuertes. En ningún momento hemos hablado del bloqueo, pero si vamos a hablar de él, yo pido que se mantenga el bloqueo.
– Este es su primer viaje al extranjero. ¿Qué planes tiene?
– Tengo un pasaporte por dos años emitido por una asociación internacional de Derechos Humanos. Estaré en Panamá, estaré en Alemania -en ambos países relacionada con asociaciones de los Derechos Humanos-, estoy invitada a Puerto Rico, a Honduras y también a Miami, en los EE.UU., por la Asociación Cubano-Americana.
Para nosotras lo más importante es que podemos salir al exterior y pedir la solidaridad de todas las personas de buena voluntad. Y a todas las personas amantes de la democracia, les pedimos mano fuerte, mano dura con el Gobierno cubano. El mundo entero le está pidiendo al Gobierno cubano que no exista violencia ni abusos, pero el gobierno cubano lo sigue practicando con nosotras cada vez más.
El bloqueo cubano, por mi, que se mantenga. Al gobierno cubano no se le puede dar una válvula de escape. Si se le da, seguirá reprimiendo y ningún beneficio irá para el pueblo de Cuba, que está hundido en la miseria. En Cuba hay mucha hambre, mucha miseria, pero, en cambio, los represores viven rodeados de privilegios.
– ¿Hacia donde va el castrismo: agoniza, se transforma o simplemente continúa?
– El castrismo está muy viejo. Son unos viejos que simplemente está aferrados al poder. Y en cuanto Raul ya no pueda gobernar, dejará el poder en manos de un sobrino, un hijo o alguien que responda a sus intereses. Aquí no hay votación ni elección. Aquí lo que hay es la sucesión de una familia. Por eso nosotras estamos luchando, pacíficamente, para que haya elecciones libres en Cuba. Para poder nosotros, el pueblo, sacar al presidente que queremos, pero también para que exista democracia, libertades y un Estado de Derecho.
– ¿Cuanto tiempo queda para que Cuba celebre unas elecciones libres?
– Ya han pasado 54 años sin elecciones libres. No podemos esperar que pasen otros 54 años más. El tiempo está cerca. Estamos preparados. Y todas esas personas que están en solidaridad con nosotras, pero que tienen un poco de miedo, que sepan que, cuando llegue el momento, el pueblo de Cuba podrá decir que tuvimos una disidencia preparada y concienciada.
– Su disidencia se centra en la defensa de una serie de valores civiles, todos relacionados con la libertades individuales.
– Así es. La disidencia de las Damas de Blanco se centra en la defensa de los Derechos Humanos. Armas no usamos ninguna. Violencia, tampoco. Si en algún momento va a correr la sangre, será la sangre de la disidencia interna. Somos hombres y mujeres pacíficos.
– Cuando haya libertad política en Cuba, ¿alguna participante de las Damas de Blanco se presentará a las elecciones?
– Nosotras no pensamos en eso. Pensamos en unas elecciones libres a las que se presente quien quiera y luego salga quien salga. Puede ser alguno de los disidentes, o alguien que ahora está en el gobierno y que piensa diferente a Raul y Fidel Castro, pero que no lo puede decir porque no quiere que lo hagan desaparecer.
Esta es mi primera salida. Ellos, el gobierno cubano, saben bien que yo, si no me callo en mi país, donde no hay libertades, no me voy a callar aquí, donde hay libertad, democracia y reina la paz.
– ¿Cual fue su primera impresión tras aterrizar en España?
– Para mi, lo primero fue pellizcarme cuando despegaba el avión. No me lo creía. Incluso llamé a mi marido. Cuando llegué a España me sentí conmocionada. Vi a Blanca Reyes, que es la representante aquí, en Europa, de las Damas de Blanco, que fue quien me invitó. Empecé a ver a muchas personas que piden libertad para los derechos políticos y libertad para los presos cubanos.
Estoy bien, porque estoy en un país con democracia, en un país con libertades. Todo lo veo muy limpio, muy organizado. En Cuba lo que hay es una destrucción… Dentro de 10 años desaparece la ciudad de La Habana. Los edificios se están cayendo. Las tiendas no tienen nada.