El obispo español Juan José Aguirre, misionero en Bangasú –en el sudeste del país– desde hace más de treinta años, ha manifestado su inquietud ante la situación de la ciudad del sur del país, durante un encuentro organizado este jueves en la sede madrileña de Manos Unidas.
Aguirre ha explicado que la ciudad se enfrenta no sólo a la Séléka –que según él, está conformada por cinco grupos islamistas radicales–, sino también a la guerrilla del Ejército de Resistencia del Señor (LRA por sus siglas en inglés) liderada por Joseph Kony, que ha obligado a más de 4.500 personas a desplazarse a campamentos de refugiados en el este del país.
Los soldados que entraron en Bangasú el pasado 11 de marzo, han sometido a la ciudad a un «expolio sistemático», según ha explicado el misionero, que ha acabado con la actividad de la ciudad. Se han incautado de todos los coches de que disponía la misión de Aguirre, así como colchones de los hospitales, ordenadores, y numerosos historiales médicos.
«Han saqueado toda la misión católica y han incendiado las casas de todos los habitantes de la parroquia», ha asegurado el misionero. Hospitales, pediatrías y escuelas han dejado de funcionar tras el saqueo de los soldados.
Debido a la violencia a la que se ven sometidos en la ciudad así como en el resto del país, una comisión interconfesional compuesta por la misión católica de Aguirre junto a representantes de protestantes y musulmanes de Bangasú se ha visto obligada a negociar con el jefe de la guerrilla en la ciudad, un sursudanés llamado Abdala, para reabrir uno de los hospitales. La Séléka se ha comprometido a no disparar en las inmediaciones del centro hospitalario, al que han acudido incluso soldados de la guerrilla.
Aguirre teme que la situación en República Centroafricana empeore y que derive en una guerra como la que asola Somalia desde hace seis años, o incluso que llegue a convertirse en la primera república islámica del sur del Sahel.
El misionero ha asegurado que los soldados de la Séléka han conseguido tomar el poder del país gracias al apoyo de los «petrodólares». «Los países del golfo dan cheques a las milicias para expandir el Islam, lo que quizás no sepan es que el dinero sirve para armar a los milicianos», ha añadido.
LA SÉLÉKA Y LA FOMAC
Desde el golpe de Estado del pasado 24 de marzo, la Séléka, dirigida por «señores de la guerra» en su mayoría sursudaneses y chadianos, ha cometido numerosos saqueos e incendios por todo el país. Más de 400 personas han muerto desde entonces, y sólo en la capital del país, han sido violadas cerca de 80 mujeres.
En torno a 1.600 miembros de la FOMAC (Fuerza Multinacional de África Central) se encargan de llevar a cabo el desarme de Séléka, no obstante, la misión ha constatado que están «fuertemente armados, son numerosos y cuentan con niños soldados».