«De un total de 130 víctimas, 51 muertos, incluidos 40 niños, y 79 heridos de los cuales 56 son niños. Los números hablan por sí mismos», ha informado a través de Twitter el jefe de la delegación del CICR en Yemen, Johannes Bruwer, citando fuentes de las autoridades locales de Sadá.
La organización ha confirmado en Twitter la llegada de decenas de cadáveres a un hospital con el que colaboran en Sadá tras el bombardeo de un autobús con niños en el mercado de Dahyan.
En concreto, el CICR había asegurado que hasta estas instalaciones han sido trasladados los cuerpos de 29 niños, «todos ellos de menos de 15 años», y 48 personas heridas, «entre ellas 30 niños». «Hemos enviado un equipo médico a otro hospital de Sada para ayudarles a gestionar el flujo de pacientes», ha informado.
La coalición que lidera Arabia Saudí, que combate en Yemen del lado del Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi, ha reconocido la autoría de los ataques pero ha asegurado que el objetivo eran los equipos utilizados por los rebeldes huthis para lanzar el miércoles un misil contra territorio saudí. La interceptación de dicho proyectil se saldó con un civil muerto y once heridos en Jizan.
De esta forma, la coalición ha alegado que actuó conforme al Derecho Internacional y ha acusado a los rebeldes, vinculados a Irán, de utilizar a niños como escudos humanos, según una nota difundida por la agencia de noticias oficial saudí, SPA.
El CICR, en cambio, ha expresado sus dudas en Twitter. «Según el Derecho Internacional Humanitario, los civiles deben ser protegidos durante el conflicto», ha denunciado la organización, que al igual que otros grupos ha acusado en estos últimos años a las partes beligerantes de atacar objetivos teóricamente protegidos.