La Organización de las Naciones Unidas declaró, hace unas semanas, la situación de emergencia por una hambruna grave en algunas zonas de Sudán del Sur, y la situación continúa agravándose y afectando a otros países.
La ONG ‘Save the Children’ señala cifras completamente preocupantes. Para la organización, más de 1,4 millones de niños podrían morir de hambre; y la ONU avisa que en los últimos meses más de 20 millones de personas están al borde de la inanición en cinco países: Etiopía, Somalia, Nigeria, Sudán del Sur y Yemen. El organismo alertó el pasado mes de abril que hay países que se están acercando a situaciones tan complicadas como las del año 2011, cuando cerca de 260.000 personas murieron de hambre.
En Somalia, por ejemplo, en las últimas semanas la situación se ha agravado. 363.000 niños sufren desnutrición severa, 71.000 han caído en desnutrición aguda grave y 50.000 menores están a punto de morir, según los datos de ‘Save the Children’. En total, se calcula que más de seis millones de personas se enfrentan en estos momentos a la inseguridad alimentaria, necesitando ayuda urgente.
Las guerras continúan en países como Yemen y las cifras son cada día más preocupantes. La organización lo describe como “situación completamente catastrófica”. Canales y puntos imprescindibles del país como hospitales, aeropuertos y puertos están bloqueados a causa del conflicto que dura ya más de cinco años.
Más de 21,2 millones de personas, casi el 50% son niños, necesitan ayuda humanitaria dice ‘Save the Children’. 9,9 millones de niños se enfrentan a una situación de inseguridad alimentaria, 1,3 millones de niños sufren desnutrición severa y miles han muerto a causa de enfermedades que se pueden evitar.
Boko Haram sigue golpeando en Nigeria y a esto se une la situación crítica que vive el país en cuanto a falta de recursos. Más de cinco millones de personas se ven golpeados por la hambruna y tienen que buscar nuevos recursos. El terrorismo complica la situación que ha llevado a que países como Níger, Chad o Camerún también se vean afectados.
Tanto Naciones Unidas como otras organizaciones como la Cruz Roja se quejan de forma recurrente de la falta de fondos para hacer frente a estas emergencias. Según sus propias estimaciones, a pesar de hacer llamamiento en campañas destinadas concretamente a estos asuntos, solo obtienen entre un 3% y un 20% de la financiación que piden y necesitan para trabajar en el terreno.
En el caso de Etiopía, la hambruna se une a la aridez que azota al país durante los últimos meses. Cifras de las oenegés apuntan a que se trata de la peor sequía de los últimos 50 años. Se han perdido cosechas, ganado y familias completas no solo no tienen acceso a recursos sino que tampoco tienen posibilidad de comercializar.