Una joven israelí murió acuchillada este lunes, cerca de una colonia de Cisjordania, y dos personas resultaron heridas en el ataque de un palestino que fue abatido luego por un guardia.
El palestino salió de su coche y atacó a los tres civiles con un cuchillo, en un área que suelen usar los autoestopistas cerca del conjunto de asentamientos israelíes de Gush Etzion, indicó la policía.
La israelí de 25 años murió como consecuencia de sus heridas, señalaron fuentes médicas. Un hombre de 26 años y otro de 50 años resultaron heridos.
El agresor, al que disparó un guarda armado, también murió como consecuencia de sus heridas, indicó la policía.
Es el segundo ataque con cuchillo que se produce este lunes. A media jornada, un palestino de 17 años había apuñalado, cerca de una estación de Tel Aviv, a un soldado israelí que se encuentra en un estado muy crítico.
Esos ataques llegan cuando Israel vive una escalada de violencia, después de que las tensiones que comenzaron en julio en Jerusalén Este se hayan propagado el sábado a las ciudades árabes israelíes del norte.
«Aquí se está llevando a cabo una guerra», declaró Avi Rohe, presidente de la principal asociación de colonos de Cisjordania, Yesha, a la cadena de televisión Channel 2.
La ampliación de los asentamientos de colonos israelíes en territorio palestino es una de las principales causas de tensión.
Horas antes de este ataque, un palestino de 17 años apuñaló al sargento israelí Almog Shilony, de 20 años, cerca de una estación ferroviaria de Tel Aviv. El militar finalmente no pudo sobreponerse de las heridas.
Tras una breve persecución, se logró detener al agresor, originario de un campo de refugiados de Naplusa, en el norte de la Cisjordania ocupada, quien había entrado ilegalmente en Israel, según la policía.
Estados Unidos condenó esta serie de apuñalamientos e instó a israelíes y palestinos a reducir la tensión. «Es absolutamente necesario que ambas partes tomen las medidas necesarias para proteger a los civiles y reducir tensión», dijo la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.
Tel Aviv se había mantenido hasta ahora a salvo de la violencia que sacude desde el verano Jerusalén Este, anexionada y ocupada por Israel, y Cisjordania.
En total, la violencia ha dejado diez muertos desde julio. La ciudad santa está inmersa desde entonces en una espiral de violencia diaria entre jóvenes palestinos y policías israelíes desplegados masivamente.
Ejecución a »sangre fría»
Los disturbios se extendieron el fin de semana a las ciudades árabes de Israel después de que la policía abatiera a Jeir Hamdan, un joven que protestaba por el arresto de un familiar. Su pueblo, Kafr Kana, vivió de nuevo este lunes enfrentamientos entre árabes israelíes y policías, al igual que en otras localidades árabes del norte y del sur.
Las imágenes de la muerte de Hamdan, de 22 años, cuestionan la versión de la policía según la cual este suponía un peligro. El video muestra que los agentes lo abatieron con varios disparos por la espalda.
El ministro israelí de Seguridad Interna, Isaac Aharonovich, volvió a defender a los policías, tras haber dedicado duras palabras a los agresores. «Doy mi apoyo total a los policías que actuaron para defenderse y neutralizar una amenaza», aseguró.
Los árabes israelíes, al igual que los palestinos, denuncian por su parte una ejecución «a sangre fría» y dicen tener pocas esperanzas en la investigación abierta por el ministerio israelí de Justicia.
Los árabes israelíes, que representan más de 1,4 millones de personas, son los descendientes de los 160.000 palestinos que se quedaron en sus tierras tras la creación de Israel en 1948. Esos ciudadanos, que suponen el 20% de la población, se quejan de sufrir discriminación por parte de los judíos.
«Atravesamos días difíciles», dijo el presidente israelí, Reuven Rivlin, para quien este período exige «fuerza y unidad frente a los terroristas que estiman que Jerusalén es ilegal, Tel Aviv es ilegal y Gush Etzion es ilegal».